La idea de jugar con la supervivencia de la humanidad ha sido un tema recurrente en muchas películas que ponen a las personas a batallar contra virus mortales al estilo de Contagio y Extermino mientras que unas más recurren a los desastres naturales para causar terror. Terremoto: La falla de San Andrés y por supuesto 2012 son algunas de ellas, pero la que no podemos olvidar es una gran película de 2004 protagonizada por Dennis Quaid y Jake Gyllenhaal.
A poco más de dos décadas de su estreno seguimos recordando la historia de un climatólogo que predijo la llegada de una nueva Era Glacial y que, sin pensar que sería testigo de eso él mismo, presencia cambios climáticos repentinos y el descenso de las temperaturas.
El día después de mañana sigue a Jack Hall (Quaid) cuando el planeta comienza a ser azotado por inundaciones, granizo, tornados y temperaturas sin precedentes. Su misión, como experto en la materia, es convencer al presidente de Estados Unidos de que es necesario evacuar al país para salvar a millones de personas en peligro incluyendo a su hijo Sam (Gyllenhaal).
La película es expresamente ciencia ficción pero, desde su estreno donde acumuló más de 550 millones de dólares a nivel mundial, ha dejado a la audiencia impresionada con el realismo que alcanzó con sus efectos especiales en algunas escenas de Nueva York sumergida en la catástrofe, por mencionar algo.
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Y es que el director encargado, Roland Emmerich, no es un novato cuando se trata de mostrar espectáculos emocionales donde la humanidad peligra pues fue quien se encargó de Día de la Independencia y Godzilla. Por eso, en esta ocasión no sólo se dedicó a demostrar la vulnerabilidad (tanto emocional como física) de los personajes, sino que de acuerdo con su productor, se apegó a eventos posibles.
El productor Mark Gordon mencionó en una entrevista recuperada por AdoroCinema que en El día después de mañana se tomaron la libertad de "adelantar un poco la llegada de una nueva Era Glacial", una teoría nacida de que el calentamiento global puede provocar cambios repentinos que "está recibiendo cada vez más atención".
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Gordon agregó además que su postura está respaldada por un estudio publicado por el Pentágono en 2004 que destaca la posibilidad de este golpe inesperado del clima a causa de la contaminación haciendo el escenario de la película algo posible. Pese a todo, sí enfatizó que la velocidad con la que escala la catástrofe en el filme no es algo realista.
La realidad es que, con el cambio climático declarado a través del calor intenso, las lluvias torrenciales y las inundaciones que azotan a la Ciudad de México como a la periferia, no podemos evitar pensar que algunas imágenes de El día después de mañana se convierten en parte de nuestra vida cotidiana. Si tienes ganas de volver a ver este aterrador escenario, la película está disponible a través de Disney+.