El verano de 2025 será siempre recordado por traer de vuelta a una de las franquicias más famosas de la historia del cine con Jurassic World: Renace. La nueva entrega de la saga de Jurassic Park está en todas las salas de Cinépolis y Cinemex, y con ella han llegado más dinosaurios listos para desatar el caos y provocar destrucción. Ahora, son Scarlett Johansson y Jonathan Bailey quienes están al frente de una historia mucho más intensa que las películas anteriores, tocando temas más densos como los dilemas éticos de la mutación genética y sus consecuencias.
Fue hace más de 30 años que todo comenzó con una pregunta tan simple como peligrosa: ¿y si trajéramos de vuelta a los dinosaurios?. Jurassic Park, dirigida por Steven Spielberg en 1993, puso de frente la idea de un parque temático lleno de criaturas extintas caminando nuevamente entre nosotros. En su momento, todos se quedaron fascinados al ver al T-Rex, los velociraptors y brontosaurio, con muchos pensando que los dinosaurios eran los villanos de la película.
Hoy, tras décadas de reflexión y de ver Jurassic Park una y otra vez, alguno se han percatado que el verdadero malo de la película era nadie más y nadie menos que John Hammond, el anciano con un bastón elegante y mucho dinero. Con una actitud encantadora y una personalidad vibrante, este hombre hizo que todos olvidaran que fue él el responsable de traer de vuelta a criaturas extintas con el simple objetivo de entretener turistas y aumentar el tamaño de sus bolsillos.
IMDb
Pero si prestas atención, hay una frase que deja muy clara su verdadera naturaleza y que confirma que no es más que un malhechor: "¡No escatimen en gastos!” ("Spared no expense!", en el idioma original). Esa oración, dicha con orgullo y una sonrisa que iba de oreja a oreja, es el resumen perfecto del tipo de mentalidad que llevó a todo a salirse de control. ¿La razón? Si uno analiza bien el parque, las cosas no cuadran, sobre todo, porque lo real distaba mucho de la imagen que daba hacia el exterior.
Para empezar, la seguridad era deficiente, los protocolos prácticamente inexistentes, y el sistema dependía de un tipo que no le importaba nada, llamado Dennis Nedry. Además, dado que no le alcanzaba para pagar la renta, este hombre terminó saboteando todo Jurassic Park. Supuestamente, Hammond no escatimó en gastos en cuando a la reputación del lugar, pero jamás invirtió en lo verdaderamente importante.
IMDb
Por otro lado, la frase no sólo muestra arrogancia, sino también una falta total de conciencia sobre lo que estaba haciendo. Hammond no era un villano tradicional, pero su ambición de "jugar a ser Dios" lo convirtió en alguien mucho más peligroso. Él no pensó en las consecuencias, sólo en su visión de abrir un parque temático revolucionario. Lo peor de todo es que nunca recibió castigo y murió poco después de los eventos de Jurassic Park: El mundo perdido.