Hay algo verdaderamente mágico cuando una buena película aparece en más de una plataforma. Es como si el destino cinematográfico te dijera que no hay excusa para no verla. Y eso es justo lo que pasa con esta joya de acción que puedes encontrar tanto en Disney+ como en Netflix. Como si se tratase de la alineación de los planetas, el gigante del streaming y la plataforma de la Casa del Ratón se pusieron de acuerdo, sin querer, para que el público tuviera acceso a una de las cintas más intensas, emocionantes y legendarias del cine moderno.
La mejor parte es que no se trata de una película cualquiera. Esta producción tiene a dos titanes del cine frente a frente, en una historia que te atrapa desde los primeros minutos. Al Pacino y Robert De Niro comparten pantalla en una historia llena de adrenalina, diálogos memorables y un duelo actoral que parece sacado de una clase maestra de cine. Después de haber sido parte de El Padrino, aunque sin haber estado en la misma secuencia, estos dos gigantes finalmente se enfrentan cara a cara y a lo grande.
La película se llama Heat: Fuego contra fuego y se estrenó en 1995. Dirigida por Michael Mann, este thriller de crimen es considerado por muchos críticos, directores y fans como una de las mejores películas de acción jamás hechas. Y con justa razón ya que lo tiene todo: personajes complejos, escenas de tiroteos que te dejan sin aliento y un guion que va mucho más allá de las típicas historias de policías y ladrones.
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Robert De Niro da vida a Neil McCauley, uno de los mejores ladrones del mundo. Su filosofía es simple: jamás te involucres con algo que no puedas dejar en 30 segundos. De esta manera siempre se ha mantenido en alerta y movimiento. El hombre dirige a una banda de criminales y es la mente maestra detrás de algunos de los atracos más importantes de los últimos años en todo Estados Unidos.
Vincent Hanna, con la actuación de Al Pacino, es un detective que admira a McCauley por su sagacidad e inteligencia. Pero el hombre se maneja por principios muy claros y está dispuesto a cumplir con su cometido: detener a McCauley, aunque sea lo último que haga. Mientras al ladrón prepara su gran golpe, el policía intenta cerrarle el paso para atraparlo, en algo que termina siendo como una partida de ajedrez entre dos mentes maestras.
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Lo que distingue a Fuego contra fuego de otras películas del género es que aquí no hay personajes planos. Si bien hay momentos de pura acción, también hay espacio para el drama, la introspección y las decisiones difíciles. De hecho, uno de los momentos más recordados de Fuego contra fuego es una simple escena en una cafetería, donde Pacino y De Niro se sientan a conversar, sin disparos y sin persecuciones, sólo dos actores brillando con pura tensión contenida.
Si estás buscando una cinta que te tenga pegado al sillón, que te haga reflexionar y, de paso, te regale escenas para la eternidad, no busques más y dale reproducir a Fuego contra fuego. Ya sea en Netflix o en Disney+, es una historia que vale la pena disfrutar.