El cine tiene ese poder mágico de conectar con cada una de las emociones, como si fuera Intensamente. A veces nos hace enamorarse, otras nos provoca reír a carcajadas, y también hay veces que nos incita a llorar como si se tratara de la partida de algún ser querido. Y aunque solemos pensar que las historias de amor siempre giran en torno a las parejas, como Orgullo y prejuicio, Diario de una pasión y La La Land, lo cierto es que el amor más puro muchas veces viene de otro lado: los amigos, como en Las ventajas de ser invisible, o la familia, como en la entrañable Pequeña Miss Sunshine.
Sin lugar a dudas, si hay una relación que toca fibras sensibles, es la de madre e hijos. Esta es una conexión única, a veces complicada, pero siempre profunda y genunina. Para esos momentos en los que necesitas una buena dosis de drama, lágrimas sinceras y un fuerte abrazo de esa persona especial que admiras desde la niñez, hay una película que debes ver sí o sí con ella. Esta conmovedora historia la vas a encontrar en HBO Max, pero debes saber que los pañuelos son un requisito porque los vas a necesitar.
Se trata de Quédate a mi lado, una joya del cine de finales de los noventa que sigue rompiendo corazones a más de 25 años de su estreno. Protagonizada por dos grandes actrices, Susan Sarandon y Julia Roberts, esta película aborda uno de los temas más delicados de todos: cómo reconstruir una familia cuando las cosas no salen como esperabas. Con mucho corazón, humor suave y momentos que te dejan con un nudo en la garganta, esta cinta es perfecta para ver con mamá, aunque terminen abrazados llorando.
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Los pequeños Ann (Jena Malone) y Ben (Liam Aiken) sufren el divorcio de sus padres. En solidaridad con su madre, Jackie (Sarandon), se portan como dos diablillos cuando tienen que pasar el fin de semana con su padre y su novia, Isabel (Roberts). Jackie no dice nada sobre la situación y no pone alto, ya que, al fin y al cabo, no siente ningún cariño por la nueva mujer al lado de su exmarido.
Pero entonces, todo cambia cuando Jackie recibe un diagnóstico impactante: tiene cáncer y morirá de él. En ese momento, la mujer empieza a replantearse las cosas y prepara todo para cuando no esté presente. Ahora, para ella lo más importante que sus hijos se lleven bien con Isabel. Es así como dos antiguas rivales se acercan la una con la otra con cautela, en un proceso que está exento de contratiempos ni de momentos emotivos.
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En Quédate a mi lado, no hay ni héroes ni villanos, sino de personas reales lidiando con situaciones complicadas. Isabel no quiere reemplazar a Jackie, pero tampoco puede ignorar que se ha vuelto una figura importante para los niños. Jackie, por su parte, sabe que no tiene tiempo infinito y quiere asegurarse de que sus hijos estén bien cuando ella ya no esté. El resultado es una historia conmovedora que pone en el centro algo que todos, en algún momento, tememos: dejar ir.
Más allá de todo, Quédate a mi lado no es sólo una película para madres e hijos. Es una historia que le habla a cualquiera que haya amado, perdido o tenido que compartir lo más valioso: el corazón de alguien. Es una reflexión sobre cómo el amor puede presentarse en muchas formas, incluso en los lugares más inesperados.