En su momento, Disney quiso emular el éxito de Warner Bros. con Harry Potter y se puso las pilas para llevar a la pantalla grande la saga mágica de Las Crónicas de Narnia. Entre 2005 y 2008 estrenaron tres películas, El León, la Bruja y el Ropero, El Príncipe Caspian y La Travesía del Viajero del Alba, creyendo que tenían un nuevo universo de fantasía que conquistar al igual que el J.K. Rowling. Si bien el plan parecía perfecto e infalible, la realidad fue que convertir los siete libros de C. S. Lewis en una franquicia millonaria no ocurrió tal cual lo pensaron.
Con tres entregas, muchos creían que las adaptaciones continuarían hasta completar los siete libros de la saga. Sin embargo, algo sucedió en el camino: Disney decidió bajarse del barco. ¿La razón? A partir del tercer película, la franquicia comenzó a perder el impulso comercial que tanto buscaban. A diferencia de sagas como Harry Potter, que hacía que los boletos de cine se vendieran como por arte de magia, las siguientes entregas de Narnia no lograron repetir el mismo truco.
Aunque El león, la bruja y el ropero fue un éxito total, superando los 700 millones de dólares en taquilla global, El príncipe Caspian recaudó alrededor de la mitad. Y La travesía del Viajero del Alba quedó aún más lejos de ese primer golpe de suerte. En pocas palabras, las cifras ya no justificaban las aventuras. Para Disney, que ya estaba viendo resultados asombrosos con otras de sus propias marcas, como Pixar y Marvel, Narnia pasó a segundo plano y dejó de ser una prioridad.
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Pero eso no fue todo. Otro gran factor fue el contenido de los libros restantes. Y es que no todos los tomos de Las Crónicas de Narnia tenían una narrativa tan cinematográfica como los primeros tres. Algunos, como "El sobrino del mago" o "El caballo y su niño", son historias más introspectivas, más densas y, en ocasiones, con menos acción y más simbolismo, y traducir eso al lenguaje visual sin perder al público representaba todo un reto. Si bien una cosa es leer una metáfora, otra muy distinta es mantener a una sala llena de espectadores entretenidos por dos horas.
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Aunque Disney ya no esté a cargo, esto no significa que la historia de Narnia en la pantalla haya terminado. De hecho, Netflix adquirió los derechos hace algunos años y ha prometido nuevas adaptaciones y la primera estará a cargo de Greta Gerwig. Pero mientras llegan, los fans siguen recordando con cariño aquella primera vez que Lucy atravesó el ropero y encontró un mundo lleno de faunos, castores parlantes y nieve eterna.
