Hablar de Titanic es hablar de historia pura del cine. No solo hizo de James Cameron un director capaz de convertir un drama romántico en una epopeya taquillera, sino que también transformó las carreras de Kate Winslet y Leonardo DiCaprio para siempre. La película lo tuvo todo: amor imposible, tragedia, efectos especiales revolucionarios, un soundtrack que aún sigue viente, y por si fuera poco, 11 premios Oscar. Por supuesto, no se pueden olvidar los más de dos mil millones de dólares recaudados en taquilla.
Desde su estreno en 1997, muchos estudios han intendado repetir la fórmula, con elementos como una gran historia de amor, en un contexto histórico y una producción con presupuestos inmensos. Si bien han creído que con esto el éxito estaría asegurado y nada podría salir mal, lo cierto es que no a todos les ha funcionado. Aunque había buenas intenciones, una de esas cintas terminó siendo hundida por la crítica justo cuando quería volverse el nuevo Titanic, pero del cine bélico.
Esa película es Pearl Harbor, dirigida por Michael Bay, que en 2001 llegó a las salas con toda la ambición del mundo. La cinta costó nada menos que 140 millones de dólares, duró casi tres horas, y reunió a un reparto de primer nivel con Ben Affleck, Josh Hartnett y Kate Beckinsale. Todo apuntaba a que iba a ser un fenómeno, y si bien no fue un desastre en taquillas, el recibimiento fue frío a comparación de la cinta de Cameron.
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La idea era clara: una historia de amor en medio de uno de los eventos más impactantes de la Segunda Guerra Mundial, mezclando acción, drama y romance al estilo de un blockbuster. El problema fue que, para muchos, la combinación no terminó de cocinarse bien. Algunos dijeron que tenía demasiado romance y poco rigor histórico, otros que los personajes eran planos, y los más exigentes que eran puras explosiones, cortes dramáticos y música sin sentido.
Pero, como todo en esta vida, Pearl Harbor ha tenido un regreso inesperado. En pleno 2025, la película está disponible en Disney+, y muchos están redescubriéndola con nuevos ojos. Porque con sus fallas y todo, hay que admitir que hay cosas que se hicieron bastante bien, como las escenas del ataque que en sí son un espectáculo visual.
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Pearl Harbor incluso ganó un Oscar, llevándose la estatuilla a Mejor Edición de Sonido, y estuvo nominada en otras tres categorías técnicas. Así que, en realidad, no lo hizo tan mal, sino que simplemente se quedó corta frente a las altísimas expectativas que ella misma se creó. ¿Es Pearl Harbor el Titanic del cine bélico? Ni de cerca pero eso no quiere decir que no valga la pena verla: tiene momentos espectaculares, una producción gigante, y ese estilo clásico de cine de gran escala que ya no se hace como antes.