Cuando hablamos de íconos del cine de acción de los 80 y 90, hay nombres que no pueden faltar. Arnold Schwarzenegger cargando ametralladoras en Terminator, Sylvester Stallone entrenando en Rocky o rompiendo cráneos como Rambo, y Jean-Claude Van Damme, el belga que conquistó Hollywood con sus patadas giratorias, su flexibilidad fuera de este mundo y su eterna cara de rudeza.
Van Damme se convirtió en el favorito de toda una generación que creció viendo Contacto Sangriento, Kickboxer y Soldado Universal en la televisión abierta. Pero antes de que se convirtiera en estrella, hubo un momento muy curioso y bastante caluroso en su carrera que, aunque pocos recuerdan, ocurrió en una de las películas más grandes del cine de ciencia ficción.
Y no fue por un combate épico o una coreografía llena de acción: lo que pasó fue que Jean-Claude Van Damme simplemente no aguantó el calor, el traje, ni la presión y terminó abandonando el rodaje de Depredador. Pocos saben que el belga estuvo momentáneamente en el clásico protagonizado por Schwarzenegger y dirigido por John McTiernan, que se convirtió en una joya del género y aún hoy sigue siendo referente en la ciencia ficción y el cine de acción.
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En un principio, el mismísimo Jean-Claude fue contratado para dar vida al cazador alienígena, portando un traje rojo brillante con prótesis que simulaban un ser reptiliano, muy distinto al diseño final que conocemos. Al usar ese tono se facilitaba la creación de efectos especiales en postproducción, pero el problema era que el traje era lo más incómodo y caluroso del planeta y el rodaje se hacía en plena jungla mexicana.
"Fue una pesadilla. El traje era de goma y hacía mucho calor en México. La gente se desmayaba y yo estaba allí sudando", confesó el actor años después, con completa honestidad y resignación sobre lo que no fue. Van Damme tenía que soportar horas dentro del disfraz, sin mucha ventilación ni visibilidad, "sudando la gota gorda" de forma literal, además de sobrevivir a las picaduras de mosquito y mucho sufrimiento.
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Además, según varios reportes, el actor también tuvo choques con el equipo de producción. Van Damme pensaba que el alien debía moverse de forma más ágil, como un ninja del espacio. Pero los productores querían algo diferente. El desacuerdo no ayudó, y el calor terminó haciendo lo suyo, teniendo como resultado que Van Damme fuera reemplazado, y la imagen del Depredador fuera totalmente resideñada.
El resto es historia. Depredador se estrenó y se convirtió en un éxito rotundo. Arnold quedó en los libros de historia del cine y el alienígena pasó a formar parte de la lista de monstruos más memorables del cine. Y en cuanto Van Damme, el actor se fue por otro camino y encontró la fama a su manera.