El mundo del cine está plagado de frases inolvidables con las que se asocian grandes películas como aquel "No, yo soy tu padre" de Star Wars: El Imperio Contraataca, "Si tu saltas yo salto" de Titanic o incluso aquel "Mantén tu corazón ardiendo" de Kyojuro Rengoku en Demon Slayer: Mugen train. Pero si hay un grupo de palabras admirables que se han quedado durante años en el corazón y mente de los fans esas provienen de la pluma de J.J.R. Tolkien y de la adaptación cinematográfica de su obra El señor de los anillos.
Hace 24 años Peter Jackson llevó a la gran pantalla la épica historia de fantasía de la Tierra Media en la que Frodo (Elijah Wood) fue encomendado con la tarea de destruir el Anillo Único para salvar a todos del Señor Oscuro Sauron. Con la compañía de Sam (Sean Astin), Legolas (Orlando Bloom), Aragorn (Viggo Mortensen) y más emprendió su misión, pero nada hubiese sido posible sin las palabras del sabio Gandalf (Ian McKellen).
Una de las lecciones más valiosas que el mago le otorga a Frodo aparece por primera vez en El señor de los anillos: La comunidad del anillo cuando el grupo parece haberse perdido en las tinieblas de Moria y el hobbit se acerca a Gandalf. "Desearía que el Anillo nunca hubiera llegado a mí, que nada de esto hubiera pasado", confiesa Frodo en su última conversación con el mago antes de separarse hasta el din de la saga.
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Ante estas palabras, claramente abatido por su extenuante misión, Gandalf le regala un cachito de su sabiduría. "Al igual que todos los que viven en tiempos tan oscuros. Pero no les corresponde decidir eso", responde el mago y remata con esa frase que todos agradecemos escuchar de vez en cuando:
Todo lo que debemos decidir es qué hacer con el tiempo que se nos ha dado
Después de eso, el personaje interpretado por el actor inglés sigue hablando sobre las fuerzas que rigen al mundo recordando que hay mucho más allá que la oscuridad. "Hay otras fuerzas en este mundo, aparte de la voluntad del Mal", dice respecto a la omnipresencia de Ilúvatar en este universo. "Bilbo fue elegido para encontrar el Anillo, y en ese caso, tú también fuiste elegido para poseerlo. Y eso es bastante alentador", le recuerda Gandalf a Frodo poniendo en perspectiva las cosas.
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Después, cuando la Comunidad del anillo es derrotada por un ejército enemigo y Frodo se queda solo a las orillas de Anduin, recuerda las palabras de su compañero y la esperanza que estas cargan le dan la motivación necesaria para seguir. La mirada asustada que lo dominaba se transforma en determinación; sus dedos sostienen con firmeza el Anillo que guarda en su bolsillo y empuja su embarcación hacia las aguas del río.
En definitiva la trilogía de El señor de los anillos no sólo arrasó con premios incluyendo sus 17 Oscar, ni se queda en su gran recaudación en taquilla con millones de dólares, sino que su legado está en cómo se coló en la cultura popular y el corazón de los fans. Entre sus batallas épicas y grandes paisajes, sus personajes dejaron frases y lecciones capaces de dejar sonrisas en el rostro y alegrar los días tristes; en este caso Gandalf está para motivarnos en las malas rachas.