La ciencia ficción es uno de esos géneros que nunca pasa (ni pasará) de moda. En esta categoría cinematográfica, el público ha podido llegar a lo desconocido con clásicos como 2001: Odisea del espacio o Alien: el octavo pasajero. También han mostrado futuros caóticos opuestos entre sí, como en Blade Runner o Mad Max: Furia en el camino. Por supuesto, la ciencia ficción ha regalado sagas que se volvieron como una especie de religión para los fans, como Star Wars y Star Trek. No importa la época: siempre habrá un lugar para imaginar mundos imposibles y viajar a realidades donde todo puede suceder.
Dentro de ese vasto universo de historias espaciales hay una película que, aunque hoy muchos han olvidado, fue el punto de partida para una de las franquicias televisivas más longevas del género. Esta cinta apareció hace 31 años, y si bien no fue un fenómeno taquillero como Jurassic Park o Día de la Independencia, terminó sembrando la semilla de un universo narrativo con casi 400 episodios y diez años de transmisión.
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Stargate, la película dirigida por Roland Emmerich en 1994, dio paso a todo un universo. Aunque en su momento fue recibida con opiniones encontradas, terminó convirtiéndose en el inicio de un fenómeno de culto. Y su especialidad radica en que, a diferencia de otras películas olvidadas de la misma década, Stargate no desapareció con el paso del tiempo.
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La premisa de Stargate gira en torno a un dispositivo encontrado en Egipto resulta ser una puerta estelar que conecta la Tierra con planetas a años luz de distancia. Lo que comienza como una expedición científica, rápidamente se transforma en una aventura épica llena de peligros, civilizaciones desconocidas y un choque cultural entre humanos y seres que se hacen pasar por dioses.
EL INICIO DE ALGO GRANDE EN LA TELEVISIÓN
Aunque la película tuvo una taquilla decente, no alcanzó el mismo nivel de emoción de otros blockbusters de la época. Sin embargo, lo que no logró en cines lo compensó al convertirse en la base de algo mucho más duradero: la serie Stargate SG-1. Estrenada en 1997, esta producción televisiva expandió el concepto original y construyó un universo narrativo tan grande que terminó con más de 200 capítulos sólo en su serie principal.
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Pero eso no fue todo. Al éxito de SG-1 se sumaron varias secuelas y spin-offs como Stargate Atlantis y Stargate Universe, que en conjunto superaron los 350 episodios. Durante una década completa, Stargate fue sinónimo de ciencia ficción en la televisión, convirtiéndose en un referente obligado para los fans del género.
A 31 años de su estreno, Stargate sigue siendo una película que vale la pena revisitar. Puede que sus efectos especiales no tengan el mismo impacto que en 1994, pero su historia continúa siendo tan intrigante como entonces. Es una cinta que mezcla aventura, misterio y acción, y que además tiene ese encanto noventero que tanto nos gusta revisitar en la actualidad. Y para quienes solo conocen las series y nunca vieron la película original, es casi una obligación darle una oportunidad.
