Hay películas que, al verlas en retrospectiva, sorprenden porque hoy en día sería imposible producirlas. Y luego están aquellas que hacen preguntarse por qué se filmaron en primer lugar. Ese es el caso de La laguna azul, un título que a pesar de su polémico contenido se convirtió en un clásico de sobremesa, transmitido una y otra vez en televisión abierta, incluso en canales familiares como el 5.
Estrenada en 1980 bajo la dirección de Randal Kleiser, la película fue en realidad la tercera adaptación de la novela homónima publicada en 1908 por el irlandés Henry De Vere Stacpoole. Antes ya había tenido una versión muda en 1923 y otra británica en 1949 protagonizada por Jean Simmons. Sin embargo, fue esta producción ochentera la que causó revuelo, sobre todo por la presencia de Brooke Shields y Christopher Atkins, demasiado jóvenes para el tono erótico que adquirió la historia.
Brooke Shields y Christopher Atkins: los adolescentes que escandalizaron a Hollywood
El argumento narra cómo dos niños victorianos, Richard y Emmeline, sobreviven a un naufragio y terminan creciendo en una isla paradisíaca del Pacífico. Tras la muerte del cocinero Paddy, su protector inicial, ambos se ven obligados a sobrevivir solos y, con el paso del tiempo, a descubrir la sexualidad sin la guía ni los prejuicios de la sociedad. En esencia, se trataba de una alegoría sobre la vida en estado natural, inspirada en la visión rousseauniana del “buen salvaje” y con tintes bíblicos que evocaban la historia de Adán y Eva.
La película mezclaba aventura, exotismo y despertar sexual en una trama que pretendía ser romántica y poética, pero que en muchos momentos parecía más una excusa para mostrar a dos adolescentes en situaciones sugestivas. Shields tenía apenas 15 años durante el rodaje, y aunque muchas de sus escenas fueron realizadas con dobles o con su cuerpo cuidadosamente cubierto, la controversia no se hizo esperar. Atkins, por su parte, fue el que más exposición física tuvo, lo que reforzó la sensación de voyeurismo en la pantalla.
Columbia Pictures
‘La laguna azul’: Una historia de naufragio, inocencia y despertar sexual que dividió a la crítica y al público
Más allá de las actuaciones, que nunca convencieron a la crítica, La laguna azul destacaba por su impecable factura técnica. El director de fotografía Néstor Almendros, maestro de la luz natural, retrató las playas y paisajes de Fiyi con una belleza deslumbrante que incluso le valió una nominación al Oscar. A esto se sumaba la partitura de Basil Poledouris, que acompañaba con delicadeza la transición de la inocencia infantil al despertar erótico.
Columbia Pictures
El estreno no dejó indiferente a nadie. Por un lado, fue un éxito de taquilla gracias a su combinación de romance adolescente y escenarios paradisíacos. Por otro, provocó indignación en sectores conservadores que cuestionaban la edad de los protagonistas y la intención de la película. Paradójicamente, esa polémica solo alimentó su fama, convirtiéndola en un objeto de curiosidad cultural.
Con el paso de los años, La laguna azul pasó de ser un tema de debate a un recuerdo nostálgico. En México, se convirtió en una de esas cintas que todo el mundo vio en Canal 5 durante los 90, a pesar de que su contenido claramente no era infantil. Para muchos, fue el primer contacto con un cine de sensualidad disfrazada de aventura, una experiencia formativa que mezclaba incomodidad y fascinación frente a la pantalla chica.