La película mexicana que nadie te recomendó pero es mejor que muchas ganadoras del Oscar
Sergio Negrete
Sergio Negrete
-Redactor
Mi infancia estuvo repleta de películas de Disney en VHS. Bien podría ser un personaje de 'El diario de Bridget Jones', 'Fleabag' o 'Parks and Recreation'

Hoy, casi dos décadas después de su estreno, la película sigue fresca, divertida y conmovedora. Es un recordatorio de que el cine no necesita grandes despliegues técnicos para emocionar.

Cuando se habla de cine mexicano, lo primero que suele venir a la mente son los grandes nombres: Alfonso Cuarón y Roma, Alejandro González Iñárritu con Birdman y Guillermo del Toro con La forma del agua. Producciones que, además de ser amadas por la crítica, brillaron en los premios Oscar. Y claro, esas cintas merecen todo el reconocimiento, pero también se han quedado en las sombras a películas igual de valiosas que nunca llegaron al radar del público masivo.

En medio de esas joyas ocultas está una cinta que no te va a salir en las típicas listas de "imprescindibles" de Hollywood, pero que tiene tanta fuerza, humor y sensibilidad que fácilmente podría estar por encima de muchas ganadoras del Oscar. Una película que no necesita efectos visuales gigantes ni presupuestos millonarios para dejar huella.

Temporada de patos
Temporada de patos
Fecha de estreno 22 de octubre de 2004 | 1h 25min
Dirigida por Fernando Eimbcke
Con Daniel Miranda, Diego Cataño, Enrique Arreola
Medios
3,9
Usuarios
3,0

Una historia que parece simple, pero no lo es

Temporada de patos es un título que, aunque suene peculiar, esconde una de las historias más entrañables y frescas que ha dado el cine nacional en los últimos 20 años. Estrenada en 2004 y dirigida por Fernando Eimbcke, esta película se ha convertido en un pequeño clásico de culto para quienes la descubrieron. El problema es que nunca tuvo la promoción suficiente y mucha gente ni siquiera sabe que existe.

MUBI

La trama arranca con dos adolescentes, Flama y Moko, que planean pasar un domingo cualquiera encerrados en un departamento de Tlatelolco. Su plan no tiene nada de extraordinario: jugar videojuegos, comer pizza y perder el tiempo. Todo cambia cuando se va la luz en el edificio y, de pronto, lo cotidiano se transforma en una aventura íntima donde la amistad, el crecimiento y las pequeñas revelaciones se convierten en los verdaderos protagonistas.

A esa ecuación se suman Rita, una vecina que llega con su propio caos interno, y Ulises, un repartidor de pizzas que termina quedándose más tiempo del esperado. Lo que parecía un domingo aburrido se convierte en una jornada de confesiones, risas y silencios incómodos que dicen más de lo que parece. Aquí, lo mínimo se vuelva enorme: conversaciones sobre nada que en realidad son sobre todo y momentos que, aunque parecen insignificantes, capturan la esencia de enfrentarse al mundo.

Mejor que muchas ganadoras del Oscar

¿Por qué alguien diría que esta cinta es mejor que varias ganadoras del Oscar? Porque no intenta impresionar a nadie, simplemente cuenta una historia honesta que se siente universal. Todos hemos tenido ese día en el que nada sale como planeábamos, y que termina siendo inolvidable por razones que no podíamos anticipar.

Museo Amparo

Mientras algunas películas premiadas parecen hechas a la medida para conquistar jurados, Temporada de patos es todo lo contrario: sincera, ligera y profundamente humana. Esa naturalidad es lo que la convierte en una obra que conecta con cualquiera que le dé la oportunidad

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