Tom Hardy es de esos actores que parecen haber nacido para imponerse en la pantalla. Su presencia intimidante, su voz grave y su capacidad para transformarse en cualquier personaje es impresionante. Desde que apareció en Bronson hasta su inolvidable Bane en El caballero de la noche asciende, Hardy ha demostrado que puede ser un villano temible o un héroe complejo con la misma facilidad.
Sin embargo, incluso los actores más talentosos reciben un "no" en su trayectoria. Si bien ahora lo asociamos más con papeles de acción, thrillers intensos o dramas psicológicos, Tom Hardy también estuvo a punto de sumarse a una de las adaptaciones literarias más queridas del cine reciente. Y no cualquier película, sino una que se convirtió en referencia obligada para quienes aman los dramas de época.
Hardy y su intento de conquistar el mundo de Austen
Tom Hardy casi tuvo otra famosa película histórica en su vida: la aclamada adaptación de Joe Wright del clásico literario de Jane Austen Orgullo y prejuicio. Fue en una entrevista con Thin Blue Paw Foundation que Hardy confesó que se presentó para el papel de Mr. Darcy en la cinta de 2005 protagonizada por Keira Knightley. Al parecer, el actor estaba convencido de que tenía lo necesario para interpretar al enigmático caballero que hizo suspirar a millones de espectadores.
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El también actor de Mad Max: Furia en el camino dijo que "ni siquiera consiguió una audición" para el codiciado papel principal del Sr. Darcy en la adaptación cinematográfica. "Me temo que no eres tú", contó el propio Hardy sobre el mensaje que recibió, aceptando que su estilo no encajaban del todo con el universo refinado de Austen. Al final, el papel fue para Matthew Macfadyen, quien entregó una interpretación tan elegante que se volvió icónica.
Una carrera marcada por riesgos
Lo curioso es pensar qué habría pasado si Hardy hubiera conseguido el papel. ¿Lo habríamos visto después en El Origen, Mad Max: Furia en el camino o Venom? Quizá sí, pero su camino habría tomado una ruta muy diferente. Lo cierto es que Hardy nunca se dejó vencer por un rechazo. Al contrario: cada tropiezo lo llevó a explorar personajes más intensos, más oscuros y mucho más arriesgados.
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Hasta ahora, el estilo de Hardy siempre ha sido ese: no tener miedo de ensuciarse, de mostrar vulnerabilidad o de volverse aterrador en la pantalla. Probablemente por eso Orgullo y prejuicio no era el lugar adecuado para él. Darcy es reservado, elegante, un hombre de pocas palabras que esconde su pasión bajo un exterior frío, y Hardy, en cambio, irradia fuerza incluso cuando está sin hacer nada.
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La pregunta inevitable es cómo se habría visto Tom Hardy en el papel. Tal vez un Darcy menos distante, más intenso, con un magnetismo físico que habría cambiado por completo la dinámica con Elizabeth Bennet. Pero lo cierto es que la esencia del personaje se habría transformado tanto que, posiblemente, el resultado no habría sido tan fiel al espíritu de Austen.
