En Hollywood hay directores que hacen películas y hay otros que hacen historia, como Steven Spielberg, James Cameron y Martin Scorsese. Algunos viven cómodamente entre secuelas y franquicias, mientras otros se lanzan sin una red de seguridad, apostándolo todo por una idea que puede llevarlos al cielo o hundirlos para siempre. El protagonista de esta historia pertenece a ese segundo grupo: uno de esos cineastas que no saben jugar a lo seguro.
Hace poco, los medios internacionales se sacudieron con una declaración dura: "Gasté mis últimos 100 millones de dólares". Detrás de esa frase había un creador legendario, un nombre que significa respeto, cine puro y riesgo absoluto. Un hombre que, después de arriesgar su fortuna personal en una cinta de ciencia ficción monumental, enfrentó la posibilidad de que su carrera terminara envuelta en pérdidas millonarias y críticas divididas.
El sueño más caro de su vida
Ese alguien es Francis Ford Coppola, el director de El Padrino y Apocalipsis Ahora, quien se jugó todo por Megalópolis, su película más ambiciosa y polémica, un sueño de cuatro décadas que terminó convirtiéndose en una pesadilla de ciencia ficción. Esta no era una película cualquiera. Coppola llevaba más de 40 años queriendo filmarla.
La concebía como una especie de fábula futurista ambientada en una Nueva York reconstruida tras una gran catástrofe, donde un visionario arquitecto intenta crear una utopía mientras el sistema político y moral se derrumba. Sonaba poético, filosófico y casi imposible, y precisamente por eso, Coppola estaba decidido a hacerla realidad.
El problema fue que ningún estudio quiso financiar un proyecto tan extraño, tan autoral y tan caro. Así que el director, fiel a su reputación de hombre obstinado, tomó la decisión más arriesgada de su carrera: invertir su propia fortuna. Vendió parte de su emporio de vinos y destinó más de 100 millones de dólares de su bolsillo para llevar su visión a la pantalla.
Un golpe brutal… y una nueva oportunidad
Cualquier otro cineasta, después de perder tanto dinero, habría dado un paso atrás. Pero no Francis Ford Coppola. A sus 85 años, el director no solo se mantiene activo, sino que acaba de conseguir financiación para un nuevo proyecto, titulado Glimpses of the Moon.
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A diferencia de Megalópolis, que financió completamente solo, su nueva película contará con apoyo institucional y subvenciones gubernamentales. En otras palabras: esta vez no tendrá que hipotecar su vida entera para rodarla. El proyecto aún es un misterio, pero todo indica que se alejará de la ciencia ficción para adentrarse en un terreno más íntimo y cercano al drama humano que lo consagró.
A pesar de su desastroso desempeño financiero, Megalópolis podría no estar condenada al olvido. No sería la primera vez que una película de Coppola es malinterpretada al estrenarse y revalorada con el tiempo. Algo similar ocurrió con Golpe al corazón, otro experimento visual que fue un fracaso en su momento y hoy se considera una joya incomprendida.