Hablar de anime sin mencionar Dragon Ball sería algo equiparable a un pecado mortal. Desde su estreno en la década de los 80, la historia de Akira Toriyama ha pasado de ser un clásico televisivo a convertirse en un fenómeno cultural que ha trascendido generaciones. Cada arco, cada transformación Súper Saiyajin y cada grito de poder forman parte de la memoria colectiva de millones de fans alrededor del mundo.
Pero si hay algo que siempre ha acompañado a la saga, además de los muchos kamehamehas lanzados y las peleas épicas, también han sido los costos. Con los años, el universo creado por el fallecido Toriyama no sólo ha pasado por diferentes estilos de animación, sino que ha incrementado su costo. Desde Dragon Ball Z hasta Dragon Ball Daima, la saga ha ido subiendo su nivel en todo: la acción, la animación y, sobre todo, el presupuesto.
El amor por Goku cuesta, y cuesta mucho
El anime más famoso de la historia también es el más costoso de todo Toei Animation, el mismo estudio encargado de la leyenda de One Piece. ¿La razón? La historia de Kakarotto y los guerreros Z alcanzó los 160 mil dólares por episodio en Dragon Ball Super, una cifra que dejó a Eiichido Oda muy por debajo de la competencia.
Toei Animation
Cuando la serie se estrenó en 2015, los fans no sabían qué esperar. Habían pasado años desde el final de Dragon Ball GT, y la emoción era enorme. Toei Animation no podía fallar, así que el estudio apostó todo: los mejores animadores, nuevos arcos, transformaciones espectaculares y una animación moderna que hiciera justicia a las batallas legendarias de la saga.
El resultado fue un show visualmente impactante pero también carísimo. Según estimaciones, cada episodio costó alrededor de 160 mil dólares en producción, más que el doble del promedio de cualquier otro anime de la época. Y aunque en sus primeros capítulos recibió críticas por la calidad irregular de algunos cuadros, lo cierto eventualmente se alcanzó un nivel técnico impresionante que parecía una película.
Ni Luffy ni Oda alcanzan el Ki de Goku
Para comparar está One Piece, la joya eterna de Eiichiro Oda, que cuesta cerca de 90 mil dólares por episodio. Es una producción gigantesca, con más de mil capítulos, y se mantiene en emisión continua desde hace más de dos décadas. Pero su modelo de producción constante también limita cuánto se puede gastar por entrega.
Toei Animation
En cambio, Dragon Ball Super fue una superproducción de mayor concentración: hubieron episodios, pero mucho más detallados. El nivel de animación de peleas como Goku vs. Jiren o la transformación al Ultra Instinto requería meses de trabajo y la participación de artistas estrella como Naotoshi Shida, Yuya Takahashi o Shintani Naohiro.