Las trilogías son casi una especie sagrada en el cine. El Señor de los Anillos lo hizo con maestría ganándose más de una decena de Premios Oscar. Matrix nos voló la cabeza con el concepto de que todo es una simulación. Y El Caballero de la Noche redefinió lo que podía ser una historia de superhéroes, lejos de lo cómico y lo infantil. Y si nos vamos a las sagas juveniles, Los juegos del hambre y Maze Runner demostraron que el público estaba listo para universos distópicos llenos de acción, rebeldía y ciencia ficción.
Pero no todas corrieron con la misma suerte. Algunas empezaron con fuerza, prometiendo convertirse en fenómenos culturales, sólo para desmoronarse antes de alcanzar su meta. Es el tipo de decepción que los fans nunca olvidan: cuando una historia te atrapa por completo y el final simplemente nunca llega a concretarse.
La trilogía juvenil que no pudo ser
Ese fue exactamente el destino de la franquicia de Divergente, basada en la exitosa serie de novelas de Veronica Roth, que nació con todas las condiciones para triunfar, pero terminó convertida en una de las sagas inconclusas más tristes de la ciencia ficción moderna.
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Todo comenzó en 2014 con una idea clara: aprovechar el boom de las distopías juveniles tras Los juegos del hambre. Con Shailene Woodley, Theo James y Kate Winslet como protagonistas, la cinta nos presentaba un futuro dividido en facciones: Osadía, Abnegación, Verdad, Cordialidad y Erudición. Ahí, protagonista, Tris, debía desafiar el sistema.
Un éxito que parecía asegurado
El público respondió y el éxito parecía asegurado pero el problema vino después. Un año después de la primera entrega, Insurgente intentó subir la apuesta, con más efectos, más drama y más intriga. Pero la magia empezó a diluirse, la historia se complicó, las críticas se enfriaron y el entusiasmo se apagó. Luego llegó Leal en 2016 y ahí todo se vino abajo.
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Como muchas otras franquicias, el plan original era dividir el último libro en dos películas, como se había hecho con Harry Potter y Los juegos del hambre. Pero después del fracaso, Lionsgate decidió cancelar la cuarta parte, dejando la historia completamente inconclusa. Para intentar salvar el proyecto, surgió la idea de hacer una serie que retomara la trama y le diera cierre, pero nada salió como se esperaba.
Desde entonces, los fans de Divergente han vivido con la esperanza de que algún día alguien retome la historia. Hubo rumores de un reinicio, incluso ideas para adaptar los libros de nuevo con un tono más oscuro, pero nada concreto ha prosperado. El estudio parece haber enterrado definitivamente la posibilidad de un regreso.