Netflix ha sido el hogar de muchos fenómenos cinematográficos, desde thrillers virales como Bird Box y Equipaje de mano, hasta comedias románticas imposibles de evitar en redes sociales como A todos los chicos de los que me enamoré. Pero si hay un género que sabe cómo dominar en la plataforma, ese es la ciencia ficción. Historias sobre el fin del mundo, viajes espaciales o futuros distópicos han logrado atrapar a millones de personas que buscan una dosis de adrenalina yuna reflexión disfrazada de entretenimiento.
Entre todas esas producciones que se estrenan y desaparecen en cuestión de semanas, hubo una que rompió absolutamente todos los récords. Una cinta con un elenco de lujo que hizo una sátira brutal sobre la sociedad moderna y un mensaje que, pese a lo exagerado, se sintió demasiado real.
Un meteorito, dos científicos… y un planeta demasiado distraído
Se trata de No miren arriba, estrenada en 2021, que sigue siendo la película de ciencia ficción más vista en la historia de Netflix, con nada menos que 171 millones de reproducciones en sus primeras semanas. Y si aún no la has visto, hoy es el día perfecto para hacerlo.
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La historia comienza con dos astrónomos, interpretados por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence, que hacen un descubrimiento aterrador: un gigantesco cometa se dirige directamente hacia la Tierra. El problema no es solo el impacto inminente, sino la reacción del mundo ante la noticia ya que nadie parece tomarlos en serio.
Los medios lo trivializan, los políticos lo usan para ganar puntos y la población prefiere mirar memes antes que mirar al cielo. Lo que sigue es una comedia negra en la que la desesperación de los científicos choca con la indiferencia colectiva, una crítica mordaz a la desinformación, la manipulación mediática y nuestra obsesión por las apariencias.
Un elenco de lujo para un desastre mundial
Si algo ayudó a No miren arriba a convertirse en fenómeno global fue su reparto. Además de DiCaprio y Lawrence, la película reúne a Meryl Streep como una presidenta egocéntrica, Jonah Hill como su insoportable hijo y asesor, Cate Blanchett como una presentadora de noticias superficial y Timothée Chalamet, que aparece en uno de los papeles más inesperados de su carrera.
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Dirigida por Adam McKay, conocido por La gran apuesta y Vice, la cinta mezcla comedia, drama y sátira política con el estilo irreverente que lo caracteriza. En lugar de centrarse en los efectos especiales del cometa o en la acción, McKay pone el foco en el caos humano: cómo reaccionamos cuando lo inevitable está frente a nosotros y preferimos fingir que no pasa nada.
No miren arriba fue un éxito rotundo en audiencia, pero también una de las películas más debatidas del año. Mientras unos la elogiaron como una de las sátiras más inteligentes de la década, otros la tacharon de sermoneadora y exagerada. Pero eso no evitó que fuera nominada a cuatro premios Oscar, incluyendo Mejor Película, y que se convirtiera en tema de conversación global durante semanas.
