En Prime Video: la conmovedora película francesa que celebra la ternura de la infancia y te hará llorar durante días
Luis Fernando Galván
Desde 'El arca rusa' de Aleksander Sokurov hasta 'Museo' de Alonso Ruizpalacios, me encantan las películas que se desarrollan al interior de los museos. Como historiador del arte, me interesa explorar los vínculos que existen entre la pintura y el cine como medios de expresión visual.

Una obra delicada, sobre el duelo y la niñez, que celebra la ternura y el poder de la imaginación con una sensibilidad que desarma y emociona profundamente.

El cine coming of age (ese que acompaña los primeros pasos hacia la madurez) ha encontrado en la sutileza uno de sus recursos más poderosos. No se trata solo de narrar el tránsito de la niñez a la adolescencia, sino de capturar las emociones que acompañan ese cambio: la pérdida, el asombro, la amistad y la conciencia del tiempo. Los 400 golpes de François Truffaut, Call Me by Your Name de Luca Guadagnino o Boyhood de Richard Linklater son ejemplos de esa madurez fílmica que transforma lo íntimo en universal.

En la tradición del coming of age francés, Céline Sciamma ocupa un lugar esencial. Desde su debut con Water Lilies hasta los guiones de Cuando tienes 17 años y La vida de Calabacín, su cine explora con ternura y lucidez los conflictos de identidad en la infancia y adolescencia. Sciamma es una autora que escribe y filma desde la empatía: observa el mundo a la altura de sus personajes y los envuelve en un silencio lleno de significado. Ver una de sus películas es adentrarse en la textura de la vida cotidiana, donde cada gesto se vuelve revelación.

Pequeña mamá
Pequeña mamá
Fecha de estreno 25 de marzo de 2022 | 1h 13min
Dirigida por Céline Sciamma
Con Joséphine Sanz, Gabrielle Sanz, Nina Meurisse
Medios
4,0
Usuarios
3,1
Streaming

‘Pequeña mamá’, la joya de Céline Sciamma que celebra la ternura infantil

En Pequeña mamá, disponible en Prime Video, Sciamma nos ofrece una historia breve y delicada, pero de una profundidad emocional abrumadora. La película sigue a Nelly (Joséphine Sanz), una niña que acompaña a sus padres a la casa de su abuela recién fallecida. Mientras su madre (Nina Meurisse) intenta procesar el duelo, Nelly explora el bosque que rodea la casa y, entre los árboles, descubre algo imposible: una niña idéntica a ella, llamada Marion (Gabrielle Sanz), pero que parece pertenecer a otra época.

Lo que podría haberse contado como una fantasía se convierte, bajo la mirada de Sciamma, en un poema visual sobre la memoria y el amor. La directora no necesita efectos especiales ni explicaciones sobre el “viaje en el tiempo”: basta la magia del cine para unir dos épocas a través del juego. Nelly y Marion construyen una cabaña en el bosque, cocinan crepas, inventan historias de misterio y aprenden, sin palabras, a reconocerse.

Lilies Films

La película francesa más tierna y conmovedora que puedes ver hoy en Prime Video

La ternura que inunda la película proviene de su mirada infantil. Sciamma filma desde el punto de vista de Nelly, situando la cámara a su altura, con encuadres que privilegian los detalles que solo un niño podría notar: una rama rota, una grieta en la pared, un vaso de leche compartido. Así, el espectador no observa la historia desde fuera, sino que la vive junto a la protagonista. La textura visual creada por la fotógrafa Claire Mathon aporta una luz suave y otoñal que convierte cada plano en una pintura melancólica.

Lilies Films

El resultado es un retrato conmovedor del duelo y la transmisión del amor entre generaciones. Sciamma, también responsable de Retrato de una mujer en llamas, transforma la pérdida en un acto de reencuentro y propone una idea reparadora del tiempo: aquello que amamos no desaparece, sino que nos acompaña de otra manera. Además, Pequeña mamá continúa la exploración de Sciamma sobre el cuerpo, la identidad y la autonomía emocional.

Ver este filme es recordar que el cine también puede ser un refugio: un espacio donde el tiempo se pliega sobre sí mismo para permitirnos sanar. Pequeña mamá celebra la ternura como una forma de sabiduría y la infancia como el territorio donde habita lo más sincero de nuestra humanidad. Su aparente sencillez esconde una maestría emocional que permanecerá con el espectador mucho después de que termine. En un mundo cada vez más acelerado y cínico, Sciamma nos recuerda en 72 minutos que la sensibilidad también es una forma de resistencia.

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