Hay películas que uno no ve, sino que apenas sobrevive. De esas que te prometen que no derramarás ni una lágrima pero terminas con la caja de pañuelos completamente vacía. Historias que, aunque duelan, tienen algo profundamente reconfortante: te recuerdan que sentir vale la pena.
Desde Titanic hasta Yo antes de ti, pasando por Marley y yo o En busca de la felicidad, hay cintas que parecen creadas para tocar fibras que ni sabías que tenías. Y justo en esa categoría entra una joya que puedes encontrar en Prime Video México, que sin lugar a dudas te pondrá a llorar sin poder parar ni un segundo.
Un amor incondicional en forma de perro
No hay coraza emocional que resista a Siempre a tu lado. La película cuenta la historia de Hachi, un perro akita que se convierte en el compañero inseparable del profesor Parker Wilson, interpretado por Richard Gere. Todo comienza como un encuentro casual: el perro aparece perdido en una estación de tren y Parker decide llevarlo a casa, sin imaginar que está por iniciar una amistad que trasciende el tiempo, la distancia y hasta la muerte.
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Lo que hace especial a esta película no es sólo su ternura, sino que está basada en una historia real ocurrida en Japón durante los años 20. La leyenda de Hachikō, el perro que esperó a su dueño cada día durante casi una década, se convirtió en símbolo mundial de lealtad. Y aunque la película traslada la historia a Estados Unidos, conserva toda su esencia: la de un amor puro, inquebrantable y eterno.
El poder del vínculo más puro
Hay una escena, que saber cuál es cuando la veas, que simplemente no se olvida. Es el momento en que todo se detiene y entiendes que Hachi no sólo espera por costumbre, sino porque su corazón no sabe hacer otra cosa.
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La película no explota el drama ni busca manipular al espectador con excesos. Su fuerza está en la honestidad de sus protagonistas y en cómo retrata el paso del tiempo, la rutina y la pérdida. Y en cómo un simple acto de amor puede trascender incluso después de la vida.
Siempre a tu lado no es solo una película sobre un perro. Es una historia sobre la lealtad, la esperanza y el duelo. Sobre cómo el amor verdadero no exige nada a cambio, solo presencia.
Por eso, aunque todos sabemos desde el inicio que vamos a llorar, seguimos viendo. Porque hay algo sanador en esa tristeza que nos recuerda que el dolor también puede ser hermoso cuando nace del amor.