Pocos fenómenos marcaron tanto la cultura popular de los 2000 como Crepúsculo. Sus vampiros brillaban, sus lobos aullaban y el mundo entero se dividía entre si Bella Swan, interpretada por Kristen Stewart, debía elegir al personaje de Robert Pattinson o al de Taylor Lautner.
Pero más allá de los triángulos amorosos, los ojos que cambiaban de color y los dramas en Forks, Washington, hubo algo que realmente definió la esencia de la saga: su música. Lo cierto es que Crepúsculo no solo fue una historia de amor y peligro, también fue una experiencia sonora. Una que reunió a bandas y artistas que hoy son leyenda y que convirtieron cada escena en un recuerdo inolvidable.
El alma musical de una generación
Si algo hizo especial a Crepúsculo fue cómo entendió el poder de la música para contar emociones. La directora Catherine Hardwicke tenía claro que la historia de Bella y Edward debía sentirse íntima, melancólica e intensa. Y para eso, nada mejor que un soundtrack que mezclara indie, rock alternativo y algo de tristeza adolescente.
Desde Paramore hasta Muse, cada canción parecía una extensión del corazón de los personajes: romántica, vulnerable, a veces trágica, pero siempre auténtica. No era sólo acompañamiento, sino que era parte de la historia.
Las canciones más icónicas de 'Crepúsculo'
"Decode" de Paramore fue el tema definitivo de la saga
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Con su letra desgarrada y la voz de Hayley Williams al borde del colapso, la melodía capturó el dilema de Bella y Edward: ese amor imposible que duele, pero al que no puedes renunciar. El video, con escenas entre árboles lluviosos y miradas intensas, se volvió símbolo de toda una generación emo que amaba con intensidad y delineador negro.
"Supermassive Black Hole" de Muse: la canción que sonó durante el partido de béisbol con vampiros
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La melodía apareció en de las escenas más memorables de toda la saga. El ritmo hipnótico y eléctrico de la banda le dio a esa secuencia una vibra tan cool y surrealista que aún hoy muchos la consideran el momento más icónico del primer filme. Y como dato curiosos, Muse era la banda favorita de Stephenie Meyer, autora de los libros.
"A Thousand Years" de Christina Perri llegó en Amanecer – Parte 1 en 2011
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Si alguna vez lloraste en una boda ficticia, probablemente fue con esta canción de fondo. El tema se convirtió en el himno definitivo del amor eterno, y aún hoy suena en matrimonios reales alrededor del mundo.
"Roslyn" de Bon Iver y St. Vincent hizo a todos colapsar en Luna Nueva con melancolía pura
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Son esa voz etérea y la instrumentación perfecta las que acompañan a Bella en uno de sus momentos más solitarios. La canción es una joya por sí misma, pero dentro de la película se vuelve casi hipnótica. Es la calma triste que viene después del caos.