No todo en la vida tiene que ser cine profundo, premios, discursos y análisis intelectuales. A veces lo único que necesitamos es una película que nos saque una carcajada, no dé tonterías, y sea una historia tan absurda que se siente como vacaciones para el cerebro. En ese territorio viven joyas como Dos tontos muy tontos, Quiero matar a mi jefe, Chicos buenos, y un montón de comedias caóticas que funcionan justo porque no se toman en serio ni por un segundo.
Y ahora, dentro del catálogo de Prime Video, hay una película que cumple ese propósito con una precisión casi científica: humor ridículo, personajes exagerados, situaciones imposibles y dos actores que entienden a la perfección la misión: hacer reír sin ninguna clase de vergüenza. Zac Efron y John Cena son los protagonistas expertos en esta comedia física y energética.
Una comedia completamente descabellada
En Ricky Stanicky: El impostor, todo comienza cuando tres amigos de la infancia, en un acto de travesura máxima, queman accidentalmente la casa de un vecino. En lugar de asumir su culpa, se inventan un personaje ficticio para culparlo: Ricky Stanicky. Un nombre neutral, inexistente y conveniente que se convierte en un salvavidas eterno. Cada vez que se meten en problemas, cuando necesitan una coartada o cuando quieren escapar de una situación incómoda, usan la misma frase: "Fue Ricky".
Medium / Prime Video
Ya de adultos, los tres protagonistas tienen pareja, trabajos, vidas relativamente estables y un historial kilométrico de pretextos inventados gracias a Ricky. Pero entonces sucede lo inevitable: sus esposas quieren conocer, por fin, al misterioso mejor amigo del que tanto hablan. Y ahí es donde todo se sale de control.
Desesperados por mantener viva la mentira, los tres deciden contratar a un actor profesional que pueda interpretar a Ricky Stanicky en la vida real. Él es alguien exagerado, convincente, encantador y completamente impredecible que puede improvisar, sobrevivir al caos y, de paso, encajar en un torbellino de situaciones ridículas. Lo que no imaginan es que el actor que eligen a alguien que se toma su papel demasiado en serio.
Humor ridículo y del bueno
Lo mejor de esta historia es que no pretende ser sofisticada, ni intenta disfrazar los absurdo. Tiene chistes físicos, diálogos tontos, gags inesperados y momentos tan surrealistas que funcionan solo porque los actores se entregan al juego sin miedo al ridículo: Zac Efron se mueve entre la desesperación y el pánico cómico, mientras que John Cena demuestra que la comedia absurda es uno de sus terrenos más fuertes.
Medium / Prime Video
Más allá del humor exagerado, Ricky Stanicky: El impostor tiene un toque adorable al mostrar cómo una tontería de la infancia puede seguir afectando la vida adulta. Es una película sobre amistades disfuncionales, sobre crecer sin crecer del todo, y sobre lo fácil que es enredarse cuando una mentira parece más cómoda que decir la verdad.