Asesinatos en mansiones, sospechosos con sonrisa perfecta y secretos que se esconden detrás de copas de vino. El cine y las series de misterio nos han regalado joyas inolvidables: Asesinato en el Oriente Express, Muerte en el Nilo, Big Little Lies o The White Lotus. Historias donde el crimen no ocurre en callejones oscuros, sino en lugares tan bellos que cuesta creer que algo terrible pueda suceder ahí.
Ese contraste es justo lo que hace irresistible al género. El sol brilla, los paisajes son idílicos, el elenco parece sacado de una alfombra roja y aun así, alguien termina muerto. Netflix entendió muy bien esa fórmula y la convirtió en una de sus apuestas más fuertes: misterios con estilo, diálogos afilados y giros que te obligan a desconfiar absolutamente de todos.
Un misterio que no se limita a encontrar al culpable
Hablamos de Wake Up Dead Man: Un misterio de Knives Out. La nueva entrega de la saga creada por Rian Johnson llega a Netflix con un tono más oscuro y provocador que nunca. Wake Up Dead Man expande el universo de la franquicia, apostando por un misterio menos juguetón y mucho más incómodo, sin perder la elegancia ni el ingenio que hicieron famosa a la franquicia.
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En esta ocasión, Johnson reúne un elenco de lujo, encabezado por Josh O'Connor y Josh Brolin, para contar una historia donde el crimen se esconde dentro de una institución que presume pureza, moral y autoridad.
Un sacerdote, un pasado violento y demasiadas preguntas
La trama gira en torno a Jud Duplenticy (O'Connor), un joven sacerdote enviado a ayudar al influyente Monseñor Jefferson Wicks (Brolin) a renovar su imagen pública. Lo que pocos saben es que Jud no siempre fue un hombre de fe: antes fue boxeador, y una tragedia en el ring marcó su vida para siempre.
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Ese pasado lo convierte en un personaje lleno de contradicciones. Conforme se adentra en el entorno del monseñor, Jud comienza a notar que algo no cuadra. Tensiones internas, secretos mal enterrados y una red de silencios que se vuelve cada vez más peligrosa.
El lado más oscuro de Knives Out
A diferencia de entregas anteriores, Wake Up Dead Man se mueve hacia un terreno más sombrío. El humor sigue ahí, pero es ácido, incómodo, casi cruel. La película se atreve a cuestionar el poder, la hipocresía y la fe, usando el misterio como excusa para desnudar a sus personajes.
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Visualmente, la película apuesta por escenarios luminosos y elegantes, que contrastan con la oscuridad del relato. Todo parece limpio, ordenado y casi sagrado. Pero cuanto más avanza la historia, más evidente se vuelve que esa belleza es solo una fachada.
Wake Up Dead Man no es una película para ver de fondo. Es una de esas historias que te invitan a jugar, a sospechar, a revisar mentalmente cada escena en busca de pistas escondidas. Te mantiene adivinando hasta el final, sin subestimarte en ningún momento.
