La bala real que no debió estar ahí: el error fatal en una película que mató al hijo de Bruce Lee
Luis Fernando Galván
Desde 'El arca rusa' de Aleksander Sokurov hasta 'Museo' de Alonso Ruizpalacios, me encantan las películas que se desarrollan al interior de los museos. Como historiador del arte, me interesa explorar los vínculos que existen entre la pintura y el cine como medios de expresión visual.

Brandon Lee perdió la vida durante la filmación de ‘El cuervo’ tras recibir un impacto que debía ser falso. Una bala real olvidada en el arma provocó la tragedia que marcó a Hollywood y expuso fallas graves en los protocolos de seguridad.

La historia del cine está marcada por tragedias que nunca debieron ocurrir. Entre ellas, ninguna ha sido tan dolorosa ni tan impactante como la muerte de Brandon Lee, hijo del legendario Bruce Lee, quien perdió la vida durante el rodaje de El cuervo en 1993. Lo que debía ser el papel que consolidaría su ascenso en Hollywood terminó convirtiéndose en un recordatorio devastador de la negligencia que puede habitar incluso en las mayores producciones.

A inicios de los años 90, Brandon Lee era considerado una de las grandes promesas del cine de acción. Tras participar en películas como Showdown in Little Tokyo y Rapid Fire, su gran oportunidad llegó con El cuervo, la adaptación del cómic creado por James O’Barr. Encarnando al atormentado Eric Draven, un músico que regresa de la muerte para vengar su asesinato y el de su prometida, Brandon encontró un rol emocional y físicamente demandante.

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El accidente que nunca debió pasar

El 31 de marzo de 1993, durante la filmación de una escena rutinaria, ocurrió lo impensable. Michael Massee, quien interpretaba a Funboy, debía disparar un arma cargada con balas de salva. Sin embargo, en el cañón permanecía, por error, parte de una bala falsa utilizada en una escena anterior. Esa pieza metálica salió disparada con la fuerza de un proyectil real e impactó en el abdomen de Brandon Lee. Fue trasladado de urgencia a un hospital, donde se le operó durante seis horas. No sobrevivió.

La investigación reveló lo que el público tardó años en comprender: la producción había manipulado armas reales para fabricar proyectiles ficticios, y un fragmento quedó atascado en el arma que terminó disparándose accidentalmente. El impacto fue tan devastador que, según el cirujano Warren W. McMurry, la herida tenía el tamaño aproximado de una moneda grande y el daño alcanzó incluso su columna. Pese a ello, no se presentaron cargos criminales; la demanda por negligencia interpuesta por Linda Lee Cadwell, madre de Brandon, fue resuelta fuera de los tribunales.

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Un equipo marcado para siempre

Para quienes trabajaban en la película, el impacto emocional fue inmediato y profundo. Productores y compañeros de reparto relataron en entrevistas posteriores que Brandon era un hombre carismático, generoso y dedicado, que ensayaba desde temprano, aprendía guitarra para su papel y se tomaba cada escena con absoluta entrega. Muchos, como el productor Jeff Most, recuerdan aún el momento en que lo vieron por última vez con vida. El accidente los acompañó durante décadas, marcando carreras y dejando una sombra que nunca han podido borrar.

El cuervo se estrenó en 1994, dedicado a Brandon y a su prometida. La producción debió completarse utilizando dobles, efectos y técnicas creativas que permitieron terminar su interpretación. La película se convirtió en un éxito de culto, y la actuación de Lee sigue siendo considerada una de las más intensas y trágicamente memorables de la década. Su muerte, producto directo de una cadena de errores que jamás debieron existir, permanece como una herida abierta en la historia del cine.

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