La comedia negra que predijo el futuro: la sátira sobre el narco en Netflix que duele de tanta risa
Sergio Negrete
Sergio Negrete
-Redactor
Mi infancia estuvo repleta de películas de Disney en VHS. Bien podría ser un personaje de 'El diario de Bridget Jones', 'Fleabag' o 'Parks and Recreation'

Disponible en Netflix, esta es una de esas películas que se sienten más actuales con cada año que pasa. Te hará reír pero también te dejará un nudo en la garganta.

Durante años, el crimen organizado ha sido uno de los temas más explotados en cine y televisión. Decenas de series y producciones exitosas han apostado por el drama, la violencia cruda y la construcción del mito alrededor de los capos. No por nada, títulos tan populares como Narcos, La reina del sur o Pablo Escobar: El Patrón del Mal marcaron época y definieron la forma en la que muchas personas entienden este fenómeno.

Estas historias suelen centrarse en el ascenso y caída de los criminales, en la brutalidad del negocio y en el impacto social que deja a su paso. Son relatos tensos, oscuros y difíciles de ver. Pero hubo una película que decidió mirar todo ese universo desde otro ángulo: uno incómodo, doloroso y que se ríe porque no le queda de otra.

El Infierno
El Infierno
Fecha de estreno 3 de septiembre de 2010 | 2h 25min
Dirigida por Luis Estrada
Con Damián Alcázar, Joaquín Cosío, Ernesto Gómez Cruz
Medios
3,5
Usuarios
3,5
Streaming

Una película mexicana que se adelantó a todo

La cinta de la que hablamos es El Infierno, dirigida por Luis Estrada y disponible actualmente en Netflix. Estrenada en 2010, esta comedia negra no solo se atrevió a burlarse del narco, sino que retrató con precisión la realidad social de un país atrapado en la violencia, la corrupción y la impunidad.

Superluchas

La historia sigue a Benny, un hombre que regresa a México después de ser deportado de Estados Unidos. Su sueño es sencillo: vivir tranquilo. Pero pronto descubre que su pueblo natal está controlado por el crimen organizado. Ahora, la única forma de "progresar" parece ser integrándose al sistema que lo destruyó todo.

Humor ácido, realidad brutal

Lo que hace especial a El Infierno es su tono. Cada chiste tiene toque y cada situación es exagerada está peligrosamente cerca de la realidad. La película se ríe de los narcos, de los políticos, de las fuerzas del orden y de la sociedad que aprendió a convivir con el horror como si fuera paisaje.

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Nada es casual. Los diálogos están cargados de sarcasmo y los personajes son caricaturas pero caricaturas reconocibles. Personas que cualquier mexicano ha visto, escuchado o leído en las noticias. Y ahí es donde la risa se vuelve incómoda, porque sabes que no es ficción pura.

Un retrato que envejeció demasiado bien

Lo más inquietante de El Infierno es lo vigente que sigue siendo. Muchas de las situaciones que muestra parecían exageradas en su momento. Hoy se sienten casi como documentales. La película no solo hace una sátira del presente de aquel entonces, sino que anticipa un futuro que tristemente terminó llegando.

El Infierno no ofrece soluciones ni finales esperanzadores. Su objetivo es otro: incomodar y hacerte reír mientras te muestra algo que preferirías no ver. Porque a veces, la risa es la única forma de señalar lo absurdo de una realidad que ya superó cualquier límite.

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