Existen ciertas películas que las puedes volver a ver una y otra vez sin problema y Mi Pobre Angelito es una de ellas. A todos nos hubiera gustado que de niños nuestros padres nos dejaran solos en casa por un par de días para comer pizza sin parar, salir a la calle sin ningún impedimento y descansar de nuestros hermanos.
Este es uno de esos filmes que siempre te harán llorar a pesar de que ya sabes lo que va a suceder. ¡Acéptalo! Cada que vuelves a ver la película, lloras cuando Kevin se reencuentra con su mamá. Cada que la veías soñabas con tener el mismo ingenio que Macaulay Culkin para las travesuras, pero ahora que eres adulto, seguro te hace recordar aquellos tiempos en donde lo único que te preocupaba era jugar y divertirte cuando llegaba la Navidad.