Pantera negra no sólo ha sido tomada como una película de superhéroes, sino como un estandarte del “orgullo afroamericano”, al mostrar lo que la comunidad negra ha vivido en diferentes continentes y periodos de la historia. En la trama, se destaca el punto de vista de los rezagados barrios negros estadounidenses, con lo cual mucha gente se ha identificado.
Por ello, en febrero pasado, Lupita Nyong’o y Chadwick Boseman, se reunieron con un auditorio de 1,500 personas en un teatro de Nueva York, para discutir las implicaciones sociales de la película. Los actores, confesaron identificarse más con el villano -quien creció padeciendo la discriminación racial-que con el propio rey T'Challa, tal y como lo explicó Boseman:
No sé si nosotros, como afroamericanos, aceptaríamos a T'Challa como nuestro héroe cuando no pasó por lo mismo que Killmonger. Porque él ha pasado por nuestra lucha, y yo [como T'Challa] no lo he hecho.
Lupita, leyó algunas experiencias propias de lucha por la igualdad y describió como "un momento sanador para su niña interna", la oportunidad de protagonizar a Nakia. En el evento cada una de sus palabras y reflexiones, fueron aplaudidas por un emocionado público.