Detrás de esa maxibarba, Joaquin Phoenix tiene un gran atractivo derivado de su personalidad. En sus años mozos, habría sido un Jesús más guapo, pero creemos que su carisma sigue brillando en la película para redimir la imagen dañada de María Magdalena, a quien se le consideró por mucho tiempo una mujer de la vida alegre.
La belleza física de estos hombres pudo ser un distractor para la trama bíblica al desatar pasiones heréticas