Al inicio de la cinta, Verónica se muestra como una chica un poco bitchy, mala onda, arrogante y hasta tonta. Sin embargo, gracias a su unión con Sierra, logra superar sus complejos relacionados con su inteligencia, aprende a valorarse y a ignorar los comentarios de su madre en torno a que la belleza es lo único que importa.
La historia habla del empoderamiento femenino, de aceptación, autoestima y sobre todo, de que siempre se vale soñar y luchar por lo que más queremos.