La nueva delgadez de Jonah Hill en un papel dramático, esquizofrénico y totalmente opuesto a la comedia (género donde inició su estrellato de la mano de Judd Apatow), es un imán para el espectador. Si alguien se preguntaba si Hill bajó de peso para el papel de Owen, la respuesta es: NO. Lo hizo por motivos personales y siendo aconsejado por su atlético amigo Channing Tatum.
Al inicio de Maniac, cuesta acostumbrarse a sus expresiones duras y rasgos demacrados. La transición de Hill al drama (que inició desde El lobo de Wall Street) ha sido tan exitosa que en 2011, tuvo una nominación como mejor actor de reparto por El juego de la fortuna.