Si en algún momento, el cineasta argentino radicado en Francia Gaspar Noé, nos torturó con aquella violación de diez minutos en plano fijo del personaje de Monica Bellucci en Irreversible (2002); ahora nos pone en aprietos con largos planos secuencia cenitales -¡sí, desde arriba!-, que mantendrán nuestros ojos en movimiento tooodo el tiempo. Aunque queramos escapar de la incomodidad de alguna escena grotesca pero estéticamente placentera, no podemos.