La muerte de Armando Vega Gil es uno de los momentos más dramáticos que haya vivido la industria del entretenimiento de nuestro país y un durísimo golpe para los mexicanos de todas las clases, de todas las creencias, preferencias, partidos y hasta de todas las disciplinas artísticas, porque Armando lo mismo era compositor, que bajista, poeta, narrador y cineasta. Era, como bien lo dijo en sus redes el IMCINE, un creador impredecible que lo mismo nos deleitó con aquello de 'Alármala de tos, uno, dos, tres, patada y cos', que nos dejó el extraño relato del Cácaro Gumaro.
Hoy por la mañana se ha hablado hasta el cansancio del trágico suicidio de quien fuera fundador y bajista de la emblemática banda de rock ochentera, Botellita de Jeréz, aparentemente a causa de una acusación ante #MeTooMusicosMexicanos. Los comentarios en redes han sido, por lo tanto, terribles e inadeacuados en su mayoría y es por eso que en Sensacine México hemos decidido mejor recordarlo como el gran artista que era, y que como todos los de su clase, no pudo dejar el cine fuera de su catálogo de vida.
Con un título de Antropólogo y la música como profesión, Vega Gil fue también el incansable autor de 32 libros, entre los que hay desde poemarios y libros infantiles hasta novela gráfica. Su faceta de escritor la llevó al cine, en donde tuvo su primera participación creando uno de los diálogos de la cinta de 1986 de Alfonso Arau: 'Chido Guan, el tacos de oro'. A partir de entonces tomó gusto por los cortos: escribió siete y dirigió cinco, entre los cuáles se destaca 'Fuera de cuadro' del 2003, por su cercanía temática con lo sucedido el día de hoy...
Vega Gil escribió el guion de dos largometrajes: el primero fue el de 'Naco es chido', la comedia dirigida por Sergio Arau en la que se contaba la historia 'más o menos' real de Botellita de Jerez. El segundo también fue una comedia: 'El crímen del cácaro Gumaro', el cual escribió con Emilio Portes y Andrés Bustamante. Pero ahí no quedó la cosa, Vega Gil también estuvo a cargo del personaje del Padre Amargo, pero desgraciadamente la película no funcionó a pesar de las buenas intenciones de todos, así que es una pena que Armando Vega Gil nos vaya a quedar a deber lo que su talento todavía nos tenía reservado. Descanse en paz.