Geralt de Rivia busca su pertenencia, pero cada paso que da lo aleja más de querer anidar en algún lugar. Muchos dudaban de que el británico Henry Cavill pudiera con el papel, pero realmente lo hace. Físicamente da el ancho desde que salieron las primeras fotos del actor caracterizado del antihéroe, pero la sorpresa es que Cavill no es un neófito, ni en cuestiones de acción, ni en historias de época, basta recordar que sus inicios fueron en The Tudors.
Henry soporta sin problemas la serie a lo largo de sus ocho episodios y, aunque su rango histriónico no sea el más alto, su carisma y presencia se muestra a la altura de una franquicia como esta. De pronto se siente que falta rascarle más al personaje en cuanto a su pasado y profundidad, pero esto es meramente uno de los puntos débiles de la serie que esperamos que para la segunda temporada se corrijan. Mientras tanto, la respuesta es positiva; Henry Cavill es el Geralt que esperábamos.
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