La espera para el estreno de la nueva serie de Netflix The Witcher fue larga, pero finalmente tenemos la primera temporada disponible. Inevitables resultan las comparaciones con Game of Thrones, incluso cuando a la misma plataforma le conviene que su serie sea catalogada así, primero porque esto atrae a los espectadores que están buscando un nuevo producto épico de traiciones y fantasía; segundo, porque al engancharse con esta producción, aunque hay evidentes paralelismos, la adaptación de las novelas de Andrzej Sapkowski le tira a ser un viaje mucho más personal que de ensamble, opuesto a la serie de HBO.
Los personajes que acompañan al brujo y cazador de monstruos: Geralt de Rivia (Henry Cavill) no son tan empáticos y por momentos son demasiados. Ese es uno de los puntos que juegan en su contra, ya que fuera del protagonista cuesta empatizar con el resto de los personajes. Freya Allan, quien interpreta a la Princesa Ciri, heredera del trono de Cintra, es la contraparte de Geralt. La joven actriz resulta una revelación y por ende a quien volteamos a ver en segunda instancia, ya que su historia se liga cada vez más con la principal.
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