Desde los primeros instantes la serie deja muy claro el panorama y tono de esta historia al presentar un reflejo de los actuales enfrentamientos en la ciudad de Damasco, pero no es todo, la atmósfera de terror y muerte que se vive hoy día en todo Siria es sólo la carta de presentación de Mesías.
En este salvaje territorio gobernado por intereses políticos internacionales y por los cuales millones de personas inocentes han perdido la vida, es donde nace un nuevo símbolo, un líder para muchos y el nuevo Mesías para otros. Es a través de alentadores discursos e impactantes muestras de un poder divino que Al-Masih se hace de miles de seguidores de la noche a la mañana, todos con un triste pasado lleno de pérdidas y sufrimiento.
Entre enfermos, jóvenes y niños es como Masih comienza su travesía. ¿Te recuerda algún pasaje bíblico? Claramente la influencia religiosa puede percibirse en el ADN de esta nueva producción de Netflix, sin embargo, pareciera que camina por una delgada línea y no termina por caer dentro de creencias cristianas, musulmanas o islamistas.
Para ello, Michael Petroni, creador de la serie, fue cuidadoso en no boicotearse en ningún momento, en cambio busca insertar un pensamiento alejado a las creencias populares acerca de la verdadera identidad de Dios. Decisión atrevida al poner en tela de juicio todas las religiones.
El protagonista de esta serie se encarga de repetir constantemente que la humanidad lleva un camino erróneo y alejado de la verdadera voluntad del Creador. Ni la Biblia o el Corán tienen la respuesta definitiva, esto sin duda tiene la capacidad de crear interés al abordar un tema completamente diferente a lo que estamos acostumbrados hoy día.
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