Uno de los objetivos de Hollywood es hacer notar cómo hubiera cambiado la industria si las decisiones de inclusión y humanidad hubieran estado presentes. Es plausible que esto ocurra y resulta interesante este formato en varios casos, sin embargo, también en ocasiones es mejor plantear un lugar ficticio, quizá en una época sin definir para llevar con más atino la lección o mensaje que se quiere transmitir.
El problema es que en esta serie la ficción y la realidad se coquetean a cada rato, por ejemplo, con referencias a Vivien Leigh, Lo que el viento se llevó, Rock Hudson, la ceremonia de los Oscar, entre otros, pero si los combinas con situaciones poco usuales en la época como la aceptación social de la diversidad sexual y mayor inclusión de personas de otros países o piel de color, la suma de estos ingredientes arroja un producto muy alejado de la realidad y que más allá de generar una moraleja lo convierten en un producto que difícilmente se quedará en el imaginario social de las personas por mucho tiempo.