Una de las buenas cosas que pudo traer esta pandemia es el hecho de poder disfrutar series de una sentada. Yo confieso que soy de los que Netflix ha mal acostumbrado a ver series con todos los episodios disponibles, he llegado al punto de aguardar a que algunas series que anhelo terminen su temporada, esquivo sus respectivos spoilers y las disfruto a mi tiempo. Aunque HBO trajo una de las raras excepciones con Juego de Tronos, que me era imposible esperar e imposible de escapar al spoiler.
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The Last Dance es otra de esas series que no pude esperar a que terminara de subir sus episodios. Michael Jordan y sus Chicago Bulls marcaron mi infancia. Esta serie dio nueva vida a aquel legendario personaje y equipo, despertando pasiones 25 años después de sus campeonatos. En el espectro contrario al deporte, yo amo el jazz y todo lo que le rodea, por ello disfrute a plenitud The Eddy creada por el melómano de Damien Chazelle.
Al Pacino y sus Hunters llegaron a Amazon Prime Video y me hicieron pasar un rato divertido. Incluso con muchas deficiencias narrativas la pase muy bien, y con deseos de ver más de esta pandilla. Desde niño he amado los zombies sin importar la calidad de su producción, lo confieso. Pero con Kingdom, una fantástica fábula coreana que mezcla estos entes con una narrativa de ajedrez, es, sin duda, una de las mejores propuestas de estos tiempos –es impecable en todos sus aspectos. De Modern Love no esperaba mucho, estaba predispuesto a ver otra clásica historia llena de teorías sobre el amor...¡y eso es! pero con muchos giros, grandes actuaciones y un toque humano, esta última cualidad muy necesaria en estos tiempos.
