Mientras la directora Luciana Kaplan trabajaba en el Centro de Capacitación Cinematográfica, desarrolló una fuerte amistad con varias señoras de la limpieza, e intrigada por las dificultades que viven en su trabajo, decidió realizar este documenta,
Con el objetivo de mantener protegidas las identidades de las mujeres que participaron en este documental para que no pudieran ser despedidas, se realizó un casting para poder ejemplificar de la mejor forma las anécdotas contadas por las propias protagonistas.
A fin de darle un mayor sentido de dramatismo y retratar la invisibilidad que sienten estas mujeres por parte de la sociedad, la directora optó por poner el documental en blanco y negro.