Todos están bien

En Todos están bien, Frank Goode, un jubilado con una enfermedad crónica, ha enviudado recientemente. Como cada año, Goode prepara una reunión con sus hijos. Pero con la muerte de la matriarca, tres de sus hijos han cancelado el viaje. Entendiendo que nunca ha tenido una conexión especial con ellos y que las visitas anuales se debían a la presencia de su madre, Frank decide emprender un viaje a través del país, para visitar a cada uno de sus hijos y poder encontrar un vínculo especial, uno que debió encontrar años atrás. Sin tomar atención a las sugerencias médicas, Frank toma un tren hacia la ciudad de Nueva York, para visitar a uno de sus hijos, David, quien jamás respondió una llamada. En el camino, conoce a diferentes personas que le ofrecen una posición sobre su vida y su situación, además de revelarle sus propios tormentos personales, lo que motivan a Frank a entender lo que tiene que hacer a continuación.