Aunque el director M. Night Shyamalan estaba a cargo de la composición de los cuadros, movimientos de cámara, narrativa y aspecto visual, fue Will Smith, co guionista y productor de la cinta, quien se encargo de trabajar con su hijo, Jaden, para su actuación y las motivaciones de la historia. Cuando la cinta fue fuertemente criticada por las actuaciones, Shyamalan asumió toda la culpa.
La idea de la historia la tuvo Will Smith cuando veía un episodio de televisión de la serie I Shouldn’t Be Alive, sobre la travesía de un padre y su hijo, quienes, durante un viaje en carretera, sufrieron un accidente y el hijo tuvo que atravesar un área remota y peligrosa para buscar ayuda para su padre. Smith pensó que sería interesante desarrollar ese concepto en una épica espacial, situada 1,000 años en el futuro.
Will Smith convenció y contrato a M. Night Shyamalan como director, habiendo pasado varios años de querer trabajar con él. Esta cinta marca la primera vez que el director acepta una cinta que no ha sido por él, además de ser la única en donde no tiene un cameo.
Segunda colaboración entre Will Smith y su hijo Jaden, luego de la cinta En busca de la felicidad (2006)
Aunque estuvo planeada como la primera parte de una planeada trilogía, la idea tuvo que cancelarse luego del recibimiento tan negativo de la crítica y el fracaso financiero en cines.