En su estreno, la cinta fue mal recibida por la crítica y la audiencia. Con el tiempo, alcanzó un grupo de seguidores y un estatus de culto, además de ser mencionada como una honesta mirada a la época del cacicazgo en México.
Fue filmada de febrero a marzo de 1950, en los Estudios Azteca.
Roberto Gavaldón estuvo nominado al León de Oro en el Festival Internacional de Cine de Venecia de 1951 por su trabajo en esta cinta.
Rosauro Castro obtuvo tres nominaciones al Ariel en 1951: Mejor Actor (Pedro Armendáriz), Mejor Argumento Original (Robert Quigley) y Mejor Música de Fondo (Antonio Díaz Conde).
El guion de la cinta fue redactado por Roberto Gavaldón con ayuda de José Revueltas.