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    La bóveda
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    La bóveda

    Fantasmas en el banco

    por Olivier Fuentes

    “La verdad es que nadie aquí parece estar a cargo”, dice el personaje de James Franco, refiriéndose a los inestables ladrones que pretenden asaltar un banco en La bóveda. Y desgraciadamente, parece también aplicar para los realizadores. Ya que, aunque la premisa central parece muy interesante (un aparentemente perfecto robo a un banco se complica y resulta que el lugar está embrujado por las víctimas de un asalto fallido ocurrido años atrás); la verdad es que camina entre una delgada línea que divide un argumento genial y original, de uno donde la mezcla de géneros se salió del control de los realizadores y terminó en una abigarrada mezcla sin pies ni cabeza.

    El guión es lo que no parece cuajar del todo, los personajes centrales toman decisiones sin ton ni son, sin quedar claro si es porque son inexpertos, porque pertenecen a una familia disfuncional (cosa que se revela a la mitad del filme), o si simplemente porque los personajes no están bien dibujados del todo. Es decir, cierto es que no se va a conocer profundamente a una banda de ladrones durante un asalto trunco; pero en este caso, ni siquiera está bien definido si la banda de ladrones debe despertar odio o empatía, una vez que se (mal) conocen sus dizque historias personales.

    Los sustos están bien dosificados; no hay un abuso de la típica sorpresa por grito o por subir el volumen de la música. Y sobre todo, hay un par de escenas que pueden lograr el sobresalto del auditorio, incluso si contamos que éste ya se encuentre sumergido en la tensión del asalto.

    El director Dan Bush, quien ya había transmitido la tensión que es resultado de mezclar acción con horror en uno de los tres segmentos que componen el filme La transmisión (2007), sigue demostrando que tiene verdadero oficio este arte, ya que nadie podrá quejarse de que La bóveda sea lenta o siquiera aburrida. Aunque el guión es endeble, los sucesos se van dando de manera ágil, y la música le da énfasis a los momentos de tensión, lo que es raro en un filme independiente de este género.

    Y finalmente, hay que reconocer a los guionistas, el mismo Bush y Conal Byrne; que el elemento sobrenatural de su trabajo no fue añadido al final, ni para dar una salida rápida. Está desde el principio de la película, sólo que fue llevado pobremente, a pesar de la narrativa ágil. Así que no te arrepentirás si osas abrir La bóveda.

     

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