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    Jumanji: En la selva
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Jumanji: En la selva

    Como cinta de fórmula no está del todo mal, pero no le llega ni a los talones a su predecesora.

    por Claudia Llaca

    Pocas cosas tan tristes como que un estudio retome el nombre de una película clásica para vender boletos. Quizá me ataca la nostalgia, pero Jumanji: en la selva apenas cumple con lo necesario para ser llamada un re-boot de la original. Aparentemente el malévolo y enigmático juego de mesa que hizo ver su suerte a Alan Parrish, Sarah Whittle, Judy y Peter Sheperd se volvió millenial en algún momento de 1996 y se convirtió en un videojuego más, que en esta ocasión atrapa a Spencer, Fridge, Bethany y Martha, cuatro adolescentes que encarnan el estereotipo correspondiente del High School gringo: el nerd inseguro, el deportista que es malo para la escuela, la niña guapa popular y la niña rara y medio intelectual.

    Olvídense de los acertijos enigmáticos o del terror antes de tirar los dados por lo que podría venir a continuación, nadie se quebró mucho la cabeza pensando en estas cosas. El principal problema de esta nueva trama es que pierde la mística de la original y el juego deja de ser el antagonista para convertirse en un mero lugar de referencia, en donde el mayor peligro no son los animales salvajes ni los cazadores desalmados, sino un villano más con ansias de poder que encabeza a un grupo de motociclistas guerrilleros que hacen que Jumanji parezca más territorio de las FARC que una jungla fantástica.

    Aunque Jumanji: en la selva pierde mucho suspenso y la aventura termina siendo bastante lineal y predecible, posee el gran acierto de convertir a los protagonistas en personajes de video juego para burlarse de los cánones. Dwayne Johnson, Kevin Hart, Jack Black y Karen Gillan logran actuaciones bastante simpáticas que mezclan al personaje adolescente de la ‘vida real’ con la personalidad del avatar en el videojuego para darnos los mejores momentos de la cinta. Quizá el único defecto de esta transposición de personajes es que sirve también de plataforma para el mensaje moral en torno a los prejuicios, la autoestima, la empatía, las relaciones adolescentes, el amor, la amistad y la superación de miedos que aunque siempre es lindo, lo hemos visto un millón de veces. 

    Jumanji: en la selva  cumple bien con su propósito de entretener, pero hasta ahí se queda. No sorprende, no emociona ni ofrece nada nuevo. Como cinta de fórmula no está del todo mal, pero no le llega ni a los talones a su predecesora.

     

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