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    La mujercita que La Academia olvidó

    por Cristina Ibañez

    "Quiero hacer algo espléndido, algo heróico y maravilloso que no se olvidé después de mi muerte. No se qué, pero quiero sorprenderlos a todos un día", decía Louisa May Alcott, sin saber que algún día su obra, Mujercitas, sería retratada en pantalla grande con la sensibilidad con la que solamente otra extraordinaria mujer podría hacerlo: Greta Gerwig. Nominada al Oscar por su maravillosa ópera prima (Lady Bird), Gerwig, adaptó una de las novelas más entrañables del siglo IX para retratar a las historias felices como fuente de inspiración para los artistas más sensibles. 

    Jo March, quiere convertirse en una gran escritora en una época hostil para las mujeres -una muy parecida a la de hoy- y mientras recorre un camino repleto de obstáculos y prejuicios, se consuela al recordar los mejores momentos de su infancia al lado de sus hermanas, memorias que posteriormente la inspirarán a escribir una pieza que retrate la magia de la vida misma.

    Saoirse Ronan, interpreta a una Jo March de espíritu libre y ambiciones modernas. Josephine quiere ser recordada como una gran escritora y ganarse la vida con el éxito de sus textos, lo que significa que no está en sus planes encontrar a un hombre rico para casarse y por ende, está dispuesta a renunciar a las comodidades que solo los hombres podían aportar a la vida de una mujer en el siglo IX. 

    Aunque las mejores escenas sin duda recaen en este personaje -como sucede en adaptaciones anteriores o en la novela original- Greta le da un giro a la historia al concentrar la narrativa en mujeres adultas y no en un grupo de adolescentes incrédulas. La directora cuenta esta historia a través de los ojos de mujeres con aspiraciones reales, quienes compartieron una infancia bajo la protección de un hogar feliz. 

    En esta nueva adaptación, Gerwig profundiza en las distintas ambiciones y personalidades de las protagonistas, provocando que el espectador se sumerja en las problemáticas de cada una de las hermanas March con empatía y nostalgia. Mientras Jo intenta sobrevivir en una ciudad nula en oportunidades para las mujeres, Meg encuentra la felicidad en un hombre que jamás le podrá ofrecer la acomodada vida que la sociedad dicta. Por otra parte, Beth, quien es descrita como "la mejor de todas" por sus propias hermanas, retrata la importancia de preservar la dulzura e inocencia hasta en las situaciones más adversas. Y finalmente, Amy, la más pequeña de todas, es una mujer fuerte, decidida a rescatar a su familia de la pobreza a costa de renunciar a sus propios sueños, cualidad que más allá de verse demeritada, es retratada como un acto de fortaleza y valentía por Florence Pugh, quien está nominada a Mejor actriz de reparto por este personaje. 

    Aunque es interesante indagar en las problemáticas de cada personaje, la directora a veces da acelerados saltos en el tiempo, lo que provoca que, en ocasiones, no sea posible conectar con todas las historias. Sin duda Greta acertó al no contar la historia de manera lineal, pero son tantos personajes, que en ciertos momentos la trama se vuelve tediosa; sin embargo, tanto el diseño de producción como la música rescatan estos deslices. 

    Yorick Le Saux, director de fotografía, plasma las escenas del pasado con colores que enaltecen la magia de los recuerdos de la infancia, mientras que para retratar los amargos obstáculos de la vida aldulta, apuesta por colores fríos, grises. Además, el diseño de producción y vestuario es tan apropiado, sin exageraciones o limitaciones, que le otorga al espectador una sensación de estar dentro de una cápsula del tiempo. Pero, la cereza del pastel, sin duda es la música de Alexander Desplat, la cual se convierte en un personaje más que acompaña a las protagonistas en sus peores y mejores momentos. 

    El trabajo del guion y la música, se complementan de manera armónica con el elenco, quien logra darle un nuevo sentido a estos personajes que ya se habían visto en otras adaptaciones.Timothee Chalamet, el actor de tan solo 24 años, encarna a un Laurie más terrenal, no tan idealizado como en la adaptación de Gillian Amstrong protagonizada por Winona Ryder. Florence Pugh da vida a una Amy que, lejos de la niña mimada que habíamos visto anteriormente, es una mujer que también lucha por encontrar su lugar en el mundo, mientras que Laura Dern, Emma Watson y Eliza Scanlen, son también complementos importantes para la historia.

    Pareciera que Greta se mimetiza con Jo March en cada paso que da, pues al igual que la protagonista, la cineatsta lucha por encontrar su lugar en un mundo dominado por hombres. La nominada a Mejor guion adaptado -quien también merecía un lugar en la categoría a Mjor dirección- decidió contar un final que conecta tanto con las mujeres que hasta a Louisa May Alcott le hubiera encantado. Esta nueva adaptación encaja perfecto con las problemáticas que siguen enfrentado las mujeres en los ámbitos personales y profesionales a pesar de que ya pasaron más de 100 años de que esta obra saliera a la luz.

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