Los realizadores crearon el paisaje marciano en un enorme arenero cerca de Vancouver. Fue uno de los sets más grandes jamás construidos para una película: alrededor de dos millones de pies cuadrados.
Todas las naves se basaron en vehículos reales de la NASA y utilizaron materiales de compañías aeroespaciales reales. Además, el equipo de producción recibió planes actualizados de la NASA para una misión a Marte, como asesoría para la cinta.
El director original de la película fue Gore Verbinski. Cuando se aumentó el presupuesto, Brian De Palma comenzó a mostrar interés y al incorporarse oficialmente, se hicieron reescrituras en el guion.
Cada uno de los trajes espaciales mostrados en la cinta costó alrededor de 100,000 dólares. A pesar de lo costoso, un traje espacial real de la NASA cuesta entre 10 y 12 millones de dólares.
Tim Robbins comento sobre la experiencia de actuar dentro de los trajes: "Escuchas tu propia respiración. Es un mundo interesante, muy aislado".