Durante la segunda década de los años 2000, el movimiento pro vida ha logrado una serie de progresos significativos en diversas regiones de los Estados Unidos, logrando restricciones que han reducido el número de clínicas para que las mujeres puedan practicarse un aborto de manera segura. También resulta importante que la conversación sobre el aborto ha sido controlada, en gran medida, por los manifestantes y los políticos, llevando a las mujeres que, después de evaluar cuidadosamente su decisión, aborten, se sientan avergonzadas por ello, que impide que estén menos dispuestas a hablar abiertamente sobre su decisión. Con el documental Abortion: Stories Women Tell, la cineasta Tracy Droz Tragos (Rich Hill), brinda un espacio a las mujeres para compartir tanto sus razones como sus experiencias, mostrando una gama de circunstancias variada que entienden la decisión y les provoca molestia por no prevenirla, pero que tampoco dudan que están haciendo lo correcto.