Crítica de SensaCine.com.mx para El alma de la fiesta: Nunca es tarde

Un suceso impactante puede tener serias repercusiones en una persona, llevándola a tomar decisiones que tal vez no hubiera elegido antes del acontecimiento. Algo así le ocurre a Deanna (Melissa McCarthy) quien tras la noticia de que su esposo quiere el divorcio se pone a pensar en su pasado y lo que hubiera cambiado. Terminar la universidad y graduarse como arqueóloga es una de esas metas que no cumplió y ahora tratará de lograrlo.

El problema es para su hija quien se llevará una sorpresa al enterarse que su mamá estudiará en la misma universidad, y es que a quién le gusta tener a sus familiares tan cerca en una etapa como esa. El alma de la fiesta es una de esas comedias en que los adultos regresan a estudiar para reencontrarse de alguna forma y superar sus traumas.

Ya conocemos el humor de Melissa McCarthy, sencillo pero funcional. En El alma de la fiesta hay varios momentos en los que el cometido de hacer reír y más aún si vas de simple. Ver a una señora estudiando la universidad y tratando de adaptarse a los tiempos contemporáneos estudiantiles es la excusa perfecta para un choque generacional que trae desde modas pasadas hasta bullying.

Obviamente la historia es lo que menos importa en esta cinta, la típica trama predecible y fantasiosa en la que todos los personajes salen ganando de alguna forma. Tampoco contiene las mejores o más creíbles actuaciones, pero al final sabes que vas a ver una comedia y es necesario ir dispuesto a sonreír.

Si vas en compañía de alguien sin duda vas a disfrutar más de El alma de la fiesta, porque también nos podemos identificar de cierto modo con las situaciones planteadas. ¿Quién no pasó por un momento bochornoso en algún momento de la escuela causado por algún familiar? Muchos pasamos por eso y aunque no quieras admitirlo, sé que te acuerdas.