Luego de colocar un anuncio en un diario local donde buscaba participantes voluntarios que tengan experiencias de encarcelamiento por autoridades israelitas, el cineasta Raed Andoni recibe todo tipo de hombres que se ofrecezcen a participar en el experimento. En su anuncio, Andoni también ha solicitado personas que trabajen como artesanos, actores y arquitectos. Durante el proceso de audiciones, cada voluntario ha tomado un rol, algunos con fascinación y otros con cierto recelo, pero cada uno ha sido adecuado dependiendo sus respuestas y reacciones a una serie de pruebas. Es así como introduce a los elegidos en una réplica de salas de interrogación y celdas que ha construido en una locación, donde los hombres recrearán sus interrogatorios, entablarán discusiones sobre su vida en la prisión y expresarán, con lujo de detalle, todas las humillaciones y vejaciones que sufrieron en su estancia. Entrando en una dinámica macabra y cruel, Andoni espera liberar a los elegidos de la culpa, el reencor y el trauma que les ha quedado de la terrible experiencia.