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    Las estrellas de cine nunca mueren
    Críticas
    3,5
    Buena
    Las estrellas de cine nunca mueren

    El amor no conoce edades

    por Octavio Alfaro

    Para el amor no hay edades ni limitaciones. El corazón se rige bajo sus propias reglas y no hay nada que podamos hacer para cambiarlas. Las estrellas de cine nunca mueren cuenta la historia de Peter Turner (Jamie Bell) y Gloria Grahame (Annette Bening), dos personas separadas varias décadas de edad. Mientras él es un joven actor que aspira a tener reconocimiento, ella es una actriz que en su tiempo gozó de fama por sus participaciones en películas hollywoodenses.

    Llegado un punto álgido en su vida, Gloria recurre a Peter para que la ayude a reponerse, situación que detona una oleada de flashbacks que narran desde cómo se conocieron, el romance que tuvieron, hasta las aventuras y problemas que enfrentaron por diversas razones, entre ellas su diferencia de edad.

    Una trama romántica que nos recuerda lo importante que es el amor en la vida de todos, nadie merece estar solo y mucho menos vivir con el corazón convertido en roca. Se torna larga en ciertos pasajes, sobre todo a la mitad de la cinta, pero se debe a su corte artístic, era necesario que viéramos todo eso para entender en mejor medida el desenlace. Aunque podría parecer raro un amor de esa naturaleza, los intérpretes encargados de expresarlo lo hacen de tal forma que terminas por comprenderlos. Más allá de ser un afecto carnal, es afectivo, ambos se entienden, aunque no son compatibles en todo momento.

    El trabajo en la ambientación es algo a destacar. De Liverpool a Nueva York, hay guiños evidentes que nos remontan a esos sitios y a la época en que se desarrollan las escenas, con ese toque inglés de elegancia que caracteriza a la industria de aquella región. Y es que desde el título original de la cinta: Film Stars Don't Die in Liverpool, y algunos diálogos específicos, nos hacen pensar en lo fugaz y caprichosa que puede ser la fama no sólo en el cine, sino en el entretenimiento en Estados Unidos.

    Las estrellas de cine nunca mueren es una historia bien actuada, con tintes conmovedores sin llegar a la exageración y personajes con los que nos podemos identificar de alguna u otra manera. Pese a resultar un tanto larga, terminas satisfecho con lo que acabas de ver, y es que ¿quién no ha tenido, aunque sea en la mente, un romance con alguien mayor?

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