Crítica de SensaCine.com.mx para Lady Macbeth: Cuando el amor se convierte en enfermedad

¿Qué serías capaz de hacer en nombre del amor? Muchas personas son cegadas por este hermoso sentimiento, llevándolas a límites inimaginables que ni siquiera ellos mismos reconocen en su sano juicio. Una de ellas es Katherine (Florence Pugh), quien tras ser vendida a un hombre adinerado para ser su esposa, se da cuenta que la infelicidad es el único camino seguro que tiene mientras esté a lado del acaudalado personaje. Pero ella tiene otra salida. Cuando conoce a uno de los empleados de su marido comienza una travesía de amor y deseo que se convierte en vicio y obsesión.

Lady Macbeth tiene una historia capaz de entretener por sí sola gracias a su argumento alejado de la complicación y que profundiza en una mujer con personalidad fuerte, rebelde e independiente. Ese carácter nunca se ve corrompido por las situaciones que vive, sino que se engrandece y cobra mucho sentido conforme avanza la trama, sin dejar espacio para las dudas sobre qué hará la protagonista después.

La cinta está sonorizada prácticamente solo con sonidos ambientales; solamente hay tres musicalizaciones en la cinta, que se distinguen por aparecer en los momentos de desesperación, en los que parece no haber salida fácil. Esta situación logra crear un ambiente de intromisión e incluso de incomodidad, sacando al espectador de la zona costumbrista de tener una banda sonora de respaldo y forzándolo a poner atención en lo que se está contando, sin dar pie a posibles distracciones.

Esto último se puede lograr gracias al trabajo de la protagonista Florence Pugh, quien reluce su capacidad interpretativa e inclusive logra cierta empatía con el espectador pese a que sus métodos para llegar a sus metas no son los más ortodoxos. Es una de esas circunstancias en las que no estás de acuerdo con la forma, pero sí con las razones para hacer tales actos.

Lady Macbeth es la ópera prima de William Oldroyd y le valió un par de nominaciones a los BAFTA en la reciente entrega. Puede ser algo pesada para el público acostumbrado a ver cintas más dinámicas y extrovertidas, pero los que gustan de las historias simples y profundas la disfrutarán.