The Children Act

Como juez del Tribunal Supremo de Justicia de Inglaterra, Fiona Maye es una mujer dedicada a su trabajo. La constante carga y atención a sus obligaciones ha causado fracturas en su matrimonio con Jack, quien cansado de su ausencia y desinterés por la relación, confiesa abiertamente que desea involucrarse en una aventura con una compañera laboral. Abrumada por su situación personal, Maye se concentra en un nuevo caso, el cual involucra a Adam Henry, un joven de 17 años que padece leucemia. Según los estudios, los médicos consideran necesaria una transfusión sanguínea curarlo; sin embargo, los padres de Adam son testigos de Jehová, por lo que una transfusión va en contra de sus principios bíblicos. Fiona declara legal el procedimiento a pesar de no tener el consentimiento de los padres. La transfusión resulta exitosa y Adam empieza a mostrar ligeras mejorías. Pero dado la relación que ha creado con Fiona, el joven empieza a enamorarse de ella, insistiendo que ambos podrían iniciar una relación permanente juntos.