Este fue el último papel de Carrie Fisher.
Se filmó originalmente en 2016 y se fijó para una fecha de lanzamiento de 2017. Sin embargo, debido a problemas con el desarrollo de efectos visuales, como resultado, el presupuesto de la película se disparó. Pasaron siete años completos antes de que la película finalmente se terminara y se estrenara en junio de 2023.